SIETE

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Changkyun seguía sin poder sacarse de la cabeza a aquel chico. Sus acciones tan despreocupadas y sinceras le tenían ciertamente desconcertado al respecto.

"¿Por qué alguien como él haría algo así?, simplemente no lo entiendo" pensó mientras volvía a ver la toalla que tanto apreciaba, ahora dentro de su bolso, donde siempre debió estar. "Estoy tan cansado estos días que estoy cometiendo errores absurdos, y aunque Hoseok y Hyunwoo le regañen, sé que no debo relajarme... No todavía, aún me quedan cosas por hacer antes de que termine el semestre y..." apretó el ceño cuando un dolor punzante recorrió su espalda y hombros.

—Mierda... —masculló por lo bajo.

Al final sí se había excedido en la práctica de ese día. Sus músculos acababan de recordárselo con un nuevo calambre. Pensó en hacer una doble relajación y buscó en su bolso todo lo necesario para sus elongaciones.

Entonces, por su cabeza, pasaron nuevamente las imágenes del chico pianista. La cordial sonrisa y el ceño de preocupación cuando sus ojos se encontraron con los de Changkyun. La vergüenza lo invadió junto con la frustración. Seguramente, aquel chico ricachón se le quedó viendo por lo divertido que le pareció verle fallar ante una postura tan simple...

Lo había visto y vivido varias veces antes. No solía socializar mucho con sus compañeros por esa misma ración. Todos terminaban burlándose de él, tarde o temprano. Ese tonto chico pianista también lo haría, eventualmente... El que se acercara sólo había sido un gesto de gentileza o había sido obligado por su profesora, estaba seguro. No podría ser un acto propio de él, solo era una falsa cordialidad...

—Hey, ¿Qué te tiene tan perdido en ti mismo el día de hoy?

Quien se encontraba a su lado le habló de manera tan repentina que lo obligó a regresar al presente. Changkyun se sacudió en el lugar y luego miró a su lado, encontrándose con uno de los chicos mozos con los que solía coincidir en sus turnos. Recordaba que él se había presentado una vez por el nombre de Ren, más no sabía su nombre real completo.

—Sueles hablar un poco más conmigo antes de regresar a tu propio mundo, ¿sabes? —intentó bromear con él, pero Changkyun solo frunció el ceño ante ello.

—Nada, yo solo... No es nada.

Su compañero, un jovencito apenas un año más grande que él, de contextura parecida a él pero con el cabello más castaño, bufó por lo bajo ante su respuesta evasiva y se encogió de hombros sin más, regresando luego a sus estudios.

Se encontraban en la pequeña sala de descanso, a un lado del escenario principal del bar. Si bien ambos debían cumplir con horas extras aquel día, Changkyun había querido avanzar con la marcación de la nueva coreografía antes del fin de semana, mientras que Ren intentaba adelantar sus tareas cuanto pudiera antes de que las puertas principales se abrieran al público.

Ambos se llevaban bien. Se conocieron en el bar, cubriendo horas extras y coincidiendo en la barra principal. Con el tiempo, Ren logró ganarse un poco más de su confianza que los demás y hasta se atrevía a bromear y cotillear con él, algo que a veces dejaba un tanto desconcertado a Changkyun. No muchos se atrevían a hacer eso con él y era de agradecer no tener que estar tan atento a su alrededor, simplemente dejarse llevar por unos minutos.

Con repentina culpa por su falta de atención, Changkyun se le quedó mirando en silencio, sin saber qué o cómo retomar la conversación. Entonces, notó los tachones bruscos sobre la hoja de ejercicios y su ceño se apretó un poco más.

The secret || HyungkyunDonde viven las historias. Descúbrelo ahora