SEIS

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Los exámenes de fin de curso cada vez estaban más cerca, y con ellos, la presión y la exigencia sobre los estudiantes aumentaba aún más. Changkyun lo sabía bien...

—Muy bien, vamos a repetir la siguiente secuencia una vez más antes de continuar con los ejercicios en parejas —dijo la señorita Kim luego de aplaudir para llamar la atención de la clase.

Changkyun apenas tuvo tiempo de sostenerse con fuerza de la barra y detener la inercia de su cuerpo en un giro antes de delatarse con la pérdida de equilibrio repentina. Ese día se sentía especialmente lívido y cansado, pero se lo adjudicaba a que ya era jueves y esa semana había sido realmente caótica para sus ciclos de sueño.

No importaba, a fin de cuentas, cuando llegaba a su pequeño departamento, el dormir para descansar lo veía como algo inútil al lado de su objetivo. ¿Qué más daba perder una hora de sueño cuando podía invertirla en su estiramiento, en la práctica de una secuencia o un truco? Dedicarle una hora completa a una simple comida llegaba a ser hasta tedioso para él, podía continuar luego de un bocadillo rápido.

—Changkyun, presta atención, por favor —ella lo miró con gesto tenso antes de tensar su cuerpo y marcar la primera figura.

La vergüenza por quedar expuesto ante sus compañeros lo invadió en una ola de calor que le recorrió toda la espalda. Rápidamente, tensó todo su cuerpo y se concentró en lo que tenía que hacer; si sus compañeros querían burlarse de él, primero deberían de superarlo en sus habilidades para la danza.

Aquel pensamiento de impotencia permaneció en su cabeza por varios minutos más hasta que sintió el tirón de sus músculos por exigirse demasiado; pero no importaba, él podía continuar, tenía una gran resistencia... Todo era cuestión de respirar.

Pronto, pasaron de ensayar piruetas y secuencias individuales a preparar las variaciones con su pareja. Changkyun odiaba tener que hacer este tipo de ejercicios por el simple hecho de que tenía que acercarse y conversar con sus compañeras. No le caían bien, eran demasiado egocéntricas y superficiales como para sentirse comprendido y, a su vez, sabía bien que él no era del agrado de ellas tampoco; podía verlo en la forma que tenían al verlo cuando estiraban y se preparaban antes de las clases.

Una vez más, a Changkyun nada de eso podía importarle menos. Él no estaba allí para agradarles y hacer amigos, él solo estaba allí gracias a su esfuerzo por cumplir su sueño.

Sin darse cuenta realmente, en un momento particular donde tenía entre brazos a su compañera de ese día, Changkyun alzó apenas la vista hasta dar de lleno con el chico del piano. Hoy parecía particularmente más tranquilo que otras veces, y eso generó cierto sentimiento de molestia en su interior, aunque no podía comprender bien a qué se debió eso.

"Algunos la tienen más fácil que otros, creo que lo que siento es solo envidia de eso" pensó él, pero entonces, tan solo un segundo después, el pianista desvió su vista de las finas teclas del instrumento para mirar a los bailarines y terminó por encontrarse con su mirada. Sin saber muy bien que hacer, el bailarín esquivó aquel contacto y regresó a su ejercicio, sin embargo, la señorita Kim ya se encontraba a su lado y a punto de volver a regañarlo, lo que lo hizo sobresaltar en el lugar.

—Changkyun, mi niño, otra vez te estás equivocando... —dijo finalmente, colocando una de sus diminutas manos sobre el hombro de él.

—Casi me rompe una costilla —masculló por lo bajo su compañera, dando un paso al costado para alejarse de él.

Las puntas de sus orejas se encendieron cuando se vio siendo el centro de atención de todos los presentes. Apretó la mandíbula al igual que el entrecejo ante el comentario de su compañera.

The secret || HyungkyunDonde viven las historias. Descúbrelo ahora