|Pesadillas|

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Chuuya no tuvo un pasado fácil, y por esa misma razón las pesadillas lo acosan por las noches.

Y gracias a por el dolor corrompido, cada día está más cerca de hacer que la sede de la Port Mafia se venga abajo.

Por eso, la única persona capaz de hacer frente a los poderes de Chuuya, será el encargado de velar por su seguridad durante la madrugada.

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• One-shot.
• Algo de tensión sexual.

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La primera noche que Chuuya pasó en la Port Mafia tuvo una pesadilla horrible.

Estaba oscuro. Hacía frío. Arahabaki se retorcía en su interior, corriendo por sus venas, maltratando sus órganos, presionando la parte posterior de sus ojos, dándole unas ganas terribles de vomitar.

Buscaba una salida.

Y Chuuya luchaba con todas sus fuerzas contra ese dios que había ocupado su cuerpo sin pedir permiso.

Se retorcía en su cama, ya entrada la madrugada. Las sábanas se hicieron un lío entre sus piernas a costa de los pataleos. Su espalda crujía cada vez que se curvaba con ansiedad, resentida por los movimientos bruscos. El sudor perlaba su frente, su cuello y su nuca, empapados.

Dazai descansaba en la cama contigua, ajeno a la terrible pesadilla y desesperación de su compañero. Y hubiera seguido durmiendo apaciblemente si no fuera porque un trozo de la cama de Chuuya fue mandado gracias a la gravedad directamente contra su estómago, robándole el aire y sacándole un quejido mientras se despertaba, completamente desorientado.

Sus ojos enfocaron con una rapidez pasmosa al chico que se retorcía en la habitación, preso del dolor y de la angustia, ajeno a que lo que estaba viviendo no era real, sino fruto de su mente herida.

Dazai se levantó como pudo, dándose cuenta de que las paredes empezaban a resquebrajarse. Claro, Chuuya había tocado todo lo que había en aquella habitación, y también en la sede de la Port Mafia.

Los temblores sacudían el edificio, provocando que todos los miembros se levantasen de sus camas en busca de un enemigo.

Pero no se trataba de un ataque, sino de un crío asustado sin plenas facultades sobre su poder en la inconsciencia del sueño.

- ¡Chuuya! - gritó Dazai, que se encontraba, evidentemente, en la zona más afectada de la catástrofe que estaba generando el pelirrojo a costa de por el dolor corrompido.

Intentaba llegar a él, pero pedazos de muebles volaban en todas las direcciones, haciéndole tropezar y caer en varias ocasiones para tener un trayecto tan corto entre su cama y la de su compañero.

Llegó como pudo, saltando sobre el chico y cubriéndolo con su cuerpo, dejando que su poder anulara el del otro, con los ojos fuertemente cerrados y deseando que no les cayese el techo encima. Esa sería una muerte demasiado dolorosa.

Chuuya se despertó sobresaltado, boqueando en busca de aire, intentando apartar a ciegas el cuerpo que le cubría, muerto de miedo. Las manos le temblaban, la sangre recorría su sistema a velocidad vertiginosa, a demanda de su corazón acelerado.

Nakama | Soukoku (Dazai x Chuuya)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora