La Zorra del Diablo •|• Capítulo cuatro ᰔ

1K 94 11
                                    

Una vez que tuve listo el desayuno tome la pequeña bandeja donde lo tenía, camine hacia la oficina de mis idiotas jefes entre sin tocar ambos se mantenían revisando sus ordenadores. Le deje el desayuno a Lexus camine hacia Alexei dejándoselo salí sin decir nada

- Dios encerio dame paciencia - solté mirando hacia arriba suspire comenze revisando los balances

Cruce mi pierna recargandome en el respaldo de la silla, levante la vista al haber escuchado el elevador de ahí bajo Rosalinda otra de las mujeres de los mellizos era una de las pocas que me hablaban bien. Rosalinda era realmente amable y buena persona pero su profesión opacaba un poco todo

- Hola hermosa están solos - soltó Rosalinda sonriendo de lado mirándome sentándose en la punta del escritorio

- Buenos días señorita, claro adelante - solté sonriendo ligeramente señalando la puerta ellas no debían ser anunciadas

- Por cierto te vez hermosa, me alegra saber que ya no usaras vendas - soltó Rosalinda sonriendo de lado giñandome el ojo solté una risita negando se levantó caminando hacia la entrada - ESTA NOCHE IRAS CONMIGO DE ANTRO

Ya no pude escuchar más ya que se había adentrado a la oficina de los mellizos, aparte la mirada bajando la vista si me veía bien pero no me sentía cómoda con mi cuerpo me trajo problemas. Negué sacudiendo mi cabeza cuando comenze a escuchar gemidos tome mis orejeras

(...)

Llegue a mi escritorio una vez llegue de entregarles los papeles a contaduria, me senté sacando una carpeta volvió cuando escuche como abrían la puerta Matilde salía apenas y caminando me centre en los papeles. Me fije en la hora hice una mueca ya entendí porque tengo hambre si ni siquiera había desayunado o almorzado 

- Entonces preciosa - soltó Rosalinda llamando mi atención puse las carpetas en su lugar levante la vista viendo a Rosalinda detrás de ella estaban los mellizos - irás conmigo a el antro

- Claro - asenti levemente mirándola mire detrás de ella me levante apagando el ordenador - nos veríamos ahí

- Claro, recuérdalo es Éxtasis - soltó Rosalinda sonriendo giñandome un ojo asenti soltando una risita

- Buenas tardes, lista - soltó Santiago sonriendo de lado mirándome Rosalinda levanto ambas cejas sonriendo levanto los pulgares

- Claro, compermiso - solté sonriendo tome el brazo que Santiago me tendía comenzamos a caminar hacia el elevador

- Tus jefes siguen dándome miedo - soltó Santiago llamando mi atención solté una risita mirándolo divertida - es verdad no miento

- También son tus jefes genio - solté rodando los ojos haciéndolo reír bajamos juntos del elevador

- Acaban de abrir un nuevo restaurante a una cuadra vamos - soltó Santiago sonriendo de lado mirándome nos detuvimos ya que íbamos a cruzar

- Claro - solté sonriendo voltie viendo a mis jefes detenerse a una distancia de nosotros me miraban serios

Tome la mano de Santiago para cruzar era igual o peor que yo, cruzabamos la calle pensando que éramos inmortales un auto sonó la bocina haciéndonos reír. Llegamos al otro extremo aún riendo seguimos caminando manteniendo nuestras manos unidas

- Debemos estar dementes para cruzar así - soltó Santiago divertido llamando mi atención solté una risita asintiendo

- Lo se, debemos de dejar de creer que somos inmortales - solté divertida haciéndolo soltar una carcajada llegamos al pequeño restaurante

La Zorra del Diablo©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora