4to. Libro de la saga "Destino"
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Oliver comienza su vida como Omega, teniendo no sólo a Luan a su lado, lo que provoca constantes situaciones dónde Oliver deberá tomar decisiones que puede cambiar por completo su destino.
Oliver est...
Miro a Oliver quien se debate que elegir. Luan y Tommy permanecen en su batalla de miradas sin percatarse el gesto afligido de mi hijo.
¿Por qué Dievs no quiere que elija a Luan?
—No iré con ninguno de los dos.— Oliver se safa del agarre de ambos chicos y cruza sus brazos. —Me quedaré aquí hasta que Tommy responda todas mis preguntas.— se sienta de nuevo y veo como Tommy abre sus ojos de manera exagerada.
Seguramente pensando que Oliver se iría con Luan.
Sonrío y me acomodo, dándoles la espalda para más privacidad. Sara y Anahí me miran confundidas y le resto importa con mi mano.
Oliver es inteligente, sólo necesita poner en orden sus sentimientos y no dejarse llevar por algo que no quiere. Hasta ahora ha hecho lo que Luan pedía y éste se ha acostumbrado a que Oliver estuviese a su lado, cumpliendo con sus pedidos.
—Luan no lo quiere de esa manera.
Lo sé, las emociones que desprende no son iguales a las de Tommy. Luan, probablemente, ve a Oliver como alguien más de su manada, alguien a quien necesita proteger como a los demás.
Sin embargo, ¿cómo le puedo decir eso a Oliver? Quizás lo sabe, pero está confiado de que Luan sentirá su conexión. Oliver está enamorado de Luan, su ilusión es grande y le gana a su racionalidad.
Si Tommy no logra llegar a él y Luan no lo acepta como compañero. Entonces, ¿qué otro camino tiene? ¿Cómo seguirá su destino?
Dievs dijo que estaba dividido, ¿cuál es ese camino desconocido? ¿Será seguro?
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El atardecer ya se hace presente. La pareja se despide de Ethan y se marchan, asegurardose de agendar una cita para el día siguiente.
El Omega pelinegro junta las cosas y mira a los tres jóvenes que corren y juegan en la orilla del mar. Al final, repartieron las actividades, primero Tommy respondió las dudas de Oliver, luego hicieron los tan ansiados castillos de arena y finalmente, fueron al agua.
—¡Es hora de irnos!— grita el Omega y rápidamente los tres jóvenes se acercan a él, ayudándolo con las cosas.
—¿Qué harás de cenar, mamá?
—¿Qué desean comer?
—Yo quiero pasta, Kiara seguro también querrá.— Oliver mira a los otros chicos, esperando su respuesta.
—Carne.— responde Luan.
—Pasta está bien.— Tommy levanta sus hombros.
Ethan ríe y asiente. El ambiente entre esos tres se había calmado por ahora.
