Amor eterno

7 0 0
                                    


Otra vez aparezco con una presión y dolor de pecho a causa de tanta tristeza y angustia, algo así como un chihuahua depresivo. Perdón, pero hasta en estos momentos de mal estar trato de poner un poco de humor...como siempre.

Yo se que una vez que alguien encuentre mis escritos, quizás (y solo quizás) logre entender un poco el malestar que me acompaña desde que el amor de mi vida partió en su viaje de no retorno. Me cuesta contarlo sin llorar, pero el sentimiento es mucho más fuerte que yo. Es en estos momentos en donde intento solo enfocarme en ello y no en toda la avalancha de malestar que le sigue, porque si, esto solo es la punta de un iceberg más grande del que alguna vez hundió aquel crucero, y quiero darme el derecho a sentirlo de esa manera, a no ignorarlo o hasta esconderlo dentro de un rincón en el cual ya no hay espacio para ya más nada. Por favor, aunque sea en las siguientes  líneas,  permítanme dejar sentir e intentar darle un orden a todo, porque sí, hasta en estos momentos necesito algo de organización.

Hace unos momentos temblaba a causa de un miedo que me carcome desde que tengo uso de razón: la soledad. Si tendría que darle forma, sería la de un ser del tamaño de una pequeña uva, de un tupido pelaje oscuro que a primera vista su textura pareciera áspera, pero que al tacto se siente tan suave como la seda y que, con su boca afilada, va comiendo pedazos del corazón. La garganta para lo único útil en estos momentos es para que la glotis y epiglotis cumplan su función  de mantenerme vivo y no atragantarme con mi propia saliva. Ese bichito sin rostro pero con una gran fortaleza siempre se encuentra en el mismo lugar y ataca en él como si no hubiera un mañana, lo cual hace mucho demasiado bastante difícil la tarea de seguir con las actividades planeadas.

Este bichito se despierta con acciones leves, con actitudes tan de mierda que hace que se cuestione por breves momentos si vale la pena seguir en un plano tan vacío, cruel y con tanta falta de empatía. La soberbia reinando en cada parte y el ego ahogando en su propia mierda a quien lo agranda es algo que simplemente agota.

Hoy le puedo dar una imagen a lo que me atormenta desde hace tiempo y creo que ello no ayuda mucho a la situación, ya que se la di con el fin de ser más explicativa y se comprenda mejor...pero terminé con más miedo aún. Quiero ir al grano, pero las palabras se entreveran con los recuerdos y hacen de esta tarea algo complicada.

Podría empezar diciendo que solo amé una vez y que realmente me amaron una vez, y lo puedo decir con total seguridad. Puedo pelear con cualquiera con tal de que esta afirmación sea escuchada por todos, porque es una de las pocas cosas por las cuales me siento orgullosa y por las cuales a día de hoy sigo en este mundo. Un amor tan puro que el favoritismo pasa a segundo plano y solo queda el sentir junto con el recuerdo. Triste es pensar que la cuerda de la vida se cortó por un lado y el otro quedó colgando, en un vacío tan inmenso como las fosas de las Marianas, con monstruos marinos incluidos.  Por ese amor sigo a día de hoy, esperando, a que aparezca uno igual de genuino...pero los días pasan y lo único que recibo son migajas.

Me encantaría decir que los "Te amo" que escuche luego de que la cuerda se rompiera tan violentamente  fueron sintiéndolos, con todo lo que ello implica. Creo que no, o al menos no en gran parte.

Amar no es solo el cariño y los abrazos, ni las miradas ó los roces efímeros: también lo es el salvar, el "a pesar de", el enojo fluyendo con la alegría y el llanto con la tranquilidad. Entender que más allá de la dulzura, se encuentra la amargura y que también lo agridulce forma parte del tremendo banquete de sabores. El amor viene en diferentes formas y tamaños, no hay que ser un genio para entenderlo, más sin embargo espero uno igual que el que se fue.  La tarea de esperar es una lucha constante en lo más profundo de mis heridas. El miedo se junta con la soledad y empañan toda esperanza de creer que lo que me rodea es genuino y no me va a dejar a la deriva. Nadie es eterno, pero espero que al menos lo que alguien sienta hacia mi perdure en mis memorias.  Me aterra el saber que mi destino sea igual que el de mi familia, y tenga que vivir rodeada de mentiras y falsas promesas. Tener que verme al espejo y entender que seguramente sea un destino compartido por algún karma de alguna vida pasada, pero... ¿vivir sin ser amado? ¿en la soledad? Creo que eso ya es demasiado.

Estos pensamientos surgen por cosas pequeñas, como cuando un amigo elije una persona por sobre vos, o la relación amorosa pesa más que la amistad ó los traumas ganan por sobre el cariño y casi toda la vida compartida.

No ser suficiente para nadie, aunque intente una y otra y otra y otra vez...simplemente no puedo. Intento encajar, con pequeñeces, pero lo intento, y aún así no me elijen. Entonces ¿Qué hay que hacer? ¿Cuál es el secreto para que seas lo primero que elijan de la góndola de opciones? ¿Ser más callada? ¿Ser más sumisa? ¿Hablar suave? ¿Vestir más acorde al otro? ¿Bajar la intensidad? ¿Qué tanto? ¿No llamar la atención? ¿Subir o bajar de peso? ¿Cambiar o callar los ideales por solo mantener una conversación? Estas son solo algunas preguntas que siempre me hago, que luego al terminar el día me respondo yo misma : vos no sos el problema, vos estás bien.

Entonces es acá cuando me resigno al hecho de que el camino que estoy tomando es solitario, casi todos lo que lo siguen están solos y aprendieron a vivir con ello. Pero yo no quiero eso. Quiero que me amen así como soy, porque, si aman a personas tan malas ¿Por qué yo no podría?

Cajón de lo ocultoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora