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Habían abandonado ambos el laboratorio de Hawkins con un plan que pareció funcionar perfectamente.
Esperaste que él terminara lo que quería hacer en el laboratorio, tiempo después fue por ti y ambos salieron de ahí, estabas mirándolo confusa, ya que él tenía bastante sangre en toda su ropa.
—Somos libres preciosa—Dijo dándome un beso en los labios, sonreí ante eso.
Ambos comenzaron a caminar por todo el bosque, encontrándose con distintas casas, notaste que Peter se paró específicamente en una y decidió meterse.
—Quédate fuera, puede ser peligroso para ti.—Dijo escondiéndote atrás de un árbol.
Confiabas en el, así que esperaste a que él hiciera lo que tenía que hacer, tú corazón se paró en cuando escuchaste gritos y al parecer un disparo.
Corriste hacia la casa sin importar lo que Peter te había dicho, abriste la puerta de golpe y viste a dos cuerpos desconocidos tirados, y Peter mirándolos de lejos.
—¿Los mataste?—Preguntaste con miedo
Las lágrimas comenzaban a salir de tus ojos, Peter se asustó ante eso y corrió hacia a ti.
—No están muertos.—Dijo levantando tu cara.—Están aquí.—Dijo señalando su frente
Temblé ante eso, la mente estaba en blanco y veía al hombre que más he amado al parecer volviéndose loco, tomó mi cuerpo y lo abrazo con amor.
—Todo lo hago por nosotros—Dijo besando mi frente
Ignorando las señales de mi mente deje que él limpiara todo lo extraño en esa casa e intentar tener una vida normal en ella.
Pero algo había cambiado.
Él había cambiado.
Su sonrisa ya no se sentía igual, sus abrazos se convirtieron en miradas de desagrado, sus besos se hacían cada vez más fríos, y su persona en un desconocido.
Caminaba por la casa, mirando las paredes en ella, Peter estaba sentado concentrado en alguno de sus asuntos, ya no me decía nada.
Me acerque hacia él y lo abrace, pero sus fuertes manos me quitaron del abrazo, sentí como me miro con desagrado y se levanto para salir de ahí.
Mis lágrimas comenzaron a brotar de nuevo, el chico del que me enamore ya no estaba mas, pase horas y horas derramando lágrimas, el entro de nuevo a la habitación y me vio llorando, pero lo ignoro, simplemente me ignoro.
—Puedo matar a once, al parecer sigue aquí.—Dijo en una sonrisa siniestra hacia a mi
Subí ignorando lo que me acababa de decir, de lejos lo escuchaba gritando mi nombre y pidiendo que volviese.
Tome las pocas cosas que tenia mías y las guarde en una bolsa de mano, decidí irme de ahí, aunque sabía que él podía encontrarme pero mi corazón necesitaba huir de una persona desconocida.
Baje y lo mire, se encontraba pensativo y con la mirada perdida, me acerque a él y lo encare.
—Peter.—Dije llamando su atención
El volteo a verme y me sonrió, una sonrisa cálida después de tanto tiempo.
Sin decir nada, se acercó a mi y comenzó a besarme, con el corazón roto y las lágrimas saliendo, acepté el beso, se sentía de nuevo el, o eso creí.
Me empujó fuertemente y hablo.
—¿Que quieres?—Dijo en un tono frío
—¿Quien eres tú?—Pregunte con lágrimas en los ojos
El no parecía entender así que me dio una mirada extraña.
—No eres el chico del que me enamore...—Dije con dolor
El me miro, se acerco a mi y levanto mi cara.
—Me convertí en algo mejor, ese nuevo yo ya no necesita el amor.—Dijo en una sonrisa
—Así que si te quieres ir, vete, porque el amor ya no es algo que forme parte de mi plan.—Dijo viendo con desagrado la bolsa que tenía.
No me permití llorar, al menos ahí no, salí de la casa, dándole una mirada de tristeza a Peter, el cual no se digno ni en mirarme.
—Te amo...—Dije para después irme.
Habían pasado dos años desde que abandone hawkins, jamás imagine que no me iba sola de ahí, al parecer tenía un mes de embarazo cuando me fui.
Críe a mi hija sola, jamás le hable de lo asqueroso que era su padre y como me había tratado antes de irme, con miedo me encontraba de regreso en Hawkins.
Ya que al parecer Once necesitaba mi ayuda, sus propias palabras decían que mi poder podría funcionar a terminar el otro lado.
Toque suavemente la cabaña de madera en la cual al parecer vivía once.
Di un paso al frente pero un fuerte sonido de un reloj sonó en mi cabeza.
