El sonido de tu amor. » l.s

𝐔𝐧𝐨 ; 𝐢

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❝Lo supe desde el primer momento en que nos conocimos. No fue... exactamente amor a primera vista, sino... familiaridad. Como: oh, hola, eres tú. Vas a ser tú. Juego terminado.❞

—Mhairi McFarlane, You had me at Hello.

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Official song: Wildeast dream // Taylor Swift

Trailer: disponible en instagram.

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Ha visitado tantas veces aquella oficina que Harry memorizó los objetos en ella sólo para distraerse. El diseño exhala prestigio y reclama poder entremezclado con antigüedades, probablemente debido a los años sin remodelación. Se encuentra cómodamente sentado en un sofá de cuero que tiene un gemelo igual a su costado, frente a él un elegante escritorio de caoba con detalles dorados —mismos que impregnan toda la maldita habitación en la que se halla, como si quisieran darse el lujo de imitar a la Corona— y encima diferentes reliquias pertenecientes a la directiva de ese momento.

Más allá del escritorio está la silla oficial que asemeja el trono de la realeza en el St. Paul's College y a su espalda un retrato del fundador: Benedict Lynch, padre del internado fundado en 1894. Harry conoce la historia al derecho y al revés gracias a sus estudios individuales fuera de la Institución, pero eso no produce en él mayor respeto del inexistente que posee. A los lados hay múltiples estanterías con infinidad de libros en diferentes idiomas que, en ocasiones pasadas, ha repasado título por título hasta realizar una lista mental de cuáles leyó, cuáles no y cuáles absolutamente nunca leería.

—Harry —llaman detrás suyo—. ¿Estás escuchando?

—Por supuesto, señora.

Su aburrimiento es evidente al girar el rostro para encontrar a la directora de la academia en medio de la sala, acompañada de dos profesores y su secretaria, quienes están ubicados un poco más al fondo en diferentes sillones. Ella asiente en su dirección con el rostro contorsionado en una discreta mueca antes de recuperar el tedioso discurso que Harry una vez más pierde, enfocado en su objeto favorito dentro de aquellas cuatro paredes.

Es una pintura del año 1770, según recuerda de sus investigaciones, creada por Claude-Joseph Vernet bajo el nombre "calma en un puerto mediterráneo". No es un fanático obsesivo del arte —eso lo abandona para su hermana mayor—, pero encontró cierto consuelo en la imagen tras su primera visita a la oficina —tres años antes— que lo empujó al borde del desconcierto. Fue por ello que, luego de concluir su reprimenda, preguntó a la señora Baasch acerca de la obra obteniendo un sonido de aprobación de su parte.

"¿Así que te gusta el arte, Harry?" mencionó por aquel entonces, ganando un asentimiento mentiroso como respuesta. "Me encantaría decir que es un trabajo original, pero lamentablemente Claude-Joseph Vernet es tan reconocido que sería imposible conseguir una incluso para el colegio. Quizás tus padres quieran hacer una aportación en nuestro próximo evento de beneficencia, ¿no crees? Sería muy..." y luego de ello se desconectó por completo del tema.

Tuvo que indagar por sí mismo acerca del artista, recuperando gracias a fuentes bibliográficas que el autor pertenecía a la clase alta y contó con la ventaja de ser hijo de pintores. Estudió con grandes de su época, patrocinado por gente de dinero para aprender en Italia y cultivar su talento. Harry analizó la mayoría de sus obras hallando una particular inclinación en Claude por pintar paisajes marítimos, muchas veces puntualizando en tormentas y desastres. Si le preguntaran, no lo considera un ser con demasiada creatividad para abandonar su área de confort, pero "calma en un puerto mediterráneo" atrapó su corazón lo suficiente para continuar la investigación.