El sonido de tu amor. » l.s

𝐓𝐫𝐞𝐬 ; 𝐢𝐢𝐢

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❝No le gusta

vivir en ruinas, 

pero que puede hacer; 

todo lo que 

ha llamado hogar 

es y ha sido 

una mentira.❞

—manuel ignacio.

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Mentiría si dijera que no pasó la mayor parte del entrenamiento observando a Louis —gratamente sorprendido de comprobar que sus habilidades en el juego superan por mucho al promedio—. Aunque intentó disimular, turnando su mirada entre él y otros jugadores que realmente no llamaban demasiado su atención, descubrió que fue una estrategia absurda cuando Niall lo abordó al salir de los vestidores —el cabello húmedo por el baño, ropa casual que reemplaza su uniforme de entrenamiento y la maleta deportiva colgada en su hombro— y no tardó nada en cuestionar al respecto.

—Así que dime, Harry —realiza una pequeña pausa para morder su barra de proteínas—, ¿te gustó el nuevo equipo?

Si no fuera realmente bueno mintiendo, la sorpresa se hubiese reflejado en su rostro. Primero, porque no pensó que nadie notaría su repentino interés por un nuevo recluta —mucho menos Niall, quien se sumergía tan profundamente en el juego que nada más a su alrededor importaba—; y segundo, porque utilizar el término "gustar" se extralimitaba bastante de la realidad.

—No creo que ganen la temporada. —Incluso su cambio de conversación está enmascarado de engaño, porque es evidente que las habilidades de Louis ayudarán al equipo—. Me temo que este año tampoco tendrás un prodigio en tus filas.

Niall realiza un sonido de indignación mientras aprieta el envoltorio de su barra energética, seguramente buscando los últimos trozos de comida antes de echarla en el primer contenedor de basura que encuentran. Después, observa que saca su bote de agua para desenroscar la tapa, tardando su tiempo en reflexionar la próxima oración.

—Creo que ganaremos —anuncia luego de un largo trago que empapa su barbilla—. Además, no sé si conseguimos un prodigio, pero si alguien se robó el corazón de Harry Styles debe significar algo.

—¿Qué? —Frena en seco durante unos minutos, incrédulo por la declaración de su amigo. No obstante, el hecho de que Niall continúe en movimiento lo empuja a alcanzarlo, ignorando la risa incómoda que atraviesa sus labios—. No sé de qué estás hablando, amigo.

—Vamos, Harry —canturrea, regresando la botella cerrada al bolsillo de su maleta—. Todo el campo se dio cuenta de que babeabas por el nuevo.

—¡No lo hago! —objeta, más alto de lo que le hubiese gustado. Recibe una mirada inquisidora de Niall que le tiñe las mejillas de tonos rojos y omite por completo la visión de su compañero para continuar caminando hacia la cafetería más próxima—. Atrajo mi atención, es todo.

—Nadie atrae tu atención, compañero.

—Es imposible que Louis no atraiga la atención —susurra, crujiendo sus nudillos. Es un mal hábito que tiene cuando la situación lo está rebasando.

—Bueno, si lo único que te interesa de él es que no puede oír, tienes un problema.

—¿Qué? —Esta vez al detenerse, Niall lo imita. Su propia expresión es de auténtico horror luego de asimilar la conversación—. Espera, no, Niall. No me refería a eso.