En medio de todo el ruido que creaba el movimiento de los vehículos y de las personas que transitaban en la ciudad de Yinchuan, capital de la región autónoma Hui de Ningxia (China), se encontraba un joven guía de museo desplazándose por la acera de aquella gran avenida.
Bajo la natural luz azul del cielo y los focos que iluminaban las calles anunciando que pronto caería la noche, Jimin caminaba a paso lento y con las manos en los bolsillos, se detuvo en una esquina hasta ver la luz verde del semáforo para poder continuar su camino, una cuadra más adelante dobló por una esquina mientras era alcanzado por el característico olor a pan recién horneado que provenía de una habitual panadería.
Luego de unos minutos más del decaído caminar, se detuvo en la puerta de un pequeño edificio que se encontraba frente a un parque e ingresó en él, subió las escaleras que tenía enfrente hasta llegar al tercer piso, donde abrió otra puerta para ingresar al mini-departamento que arrendaba ya hace más de cuatro años.
Se quitó los zapatos y los dejó a un lado de la puerta, cruzó el espacio de sala, cocina y comedor para ir a su habitación y dejar su bolso en su escritorio, pronto se mudó de ropa a un conjunto deportivo para hacer algo de yoga, actividad que realizaba para evitar caer en depresión, si es que aún no estaba ya en eso.
Salió de su habitación y se dirigió hacia la cocina para sacar un filete de res congelado que dejó sobre la encimera.
Luego fue hacia el espacio vacío de su sala para acomodar la esterilla de yoga y comenzar su rutina, no sin antes poner a reproducir música adecuada para relajarse.
Media hora después culminó su sesión para ir a ocupar el baño y luego darse una minuciosa ducha como todos los días, cuando terminó con aquella actividad salió del baño solo con una toalla envuelta en su cintura.
Caminó hacía su cama donde había dejado previamente un pijama limpio, cuando estuvo por tomarlo no pudo evitar llevar su mirada al espejo frente a él, recorrió con su mirada inexpresiva todos sus rasgos para luego bajar la vista hacia su cuerpo.
Se observó con detenimiento de pies a cabeza, sus prominentes labios de color rosa al igual que sus pezones resaltaban en aquella luminosa piel blanquecina, un abdomen plano y una cintura estrecha que creaban una curva con sus piernas torneadas.
Jimin gustaba de aquella proporcionada figura que solo él podía ver, a pesar de haberle causado algunas situaciones desagradables con su comunidad.
Él pertenecía a la etnia Hui, practicantes de la religión musulmana; cuando nació, sus hermosos rasgos no pasaron desapercibidos por los miembros de la mezquita a la que pertenecía, sin embargo, esto fue justificado por su ascendencia coreana ya que Jimin había heredado muchos de los rasgos de su abuela paterna, más que aceptado, se podría decir que, durante su niñez su físico fue considerado como una gracia de Alá.
El concepto de su belleza cambió cuando entró en la adolescencia y su cuerpo tomó una forma no muy bien vista por algunos de su comunidad; sus ojos tiernos, sus labios carnosos, su piel tan blanca como leche y libre de vello, su delgada cintura y su voluminoso trasero, sus pequeños pies sumado a sus también pequeñas y delicadas manos, estas características en su conjunto solo traían a la mente de las personas una inaceptable y condenable idea: homosexualidad.
Comentarios malintencionados comenzaron cuando en una clase durante su secundaria el maestro leyó un hadiz que advertía sobre la tentación homoerótica:
"no miren a los jóvenes imberbes, porque de cierto tienen ojos más tentadores que las hurís"
Una Hurí era una mujer bellísima ofrecida a los bienaventurados como compañera en el paraíso musulmán... según los musulmanes.
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Pasión dormida ❦ Kookmin OS
FanfictionJimin es un joven musulmán que ha perdido la esperanza de encontrar el amor, su soledad y monotonía podrían cambiar cuando conoce a Jungkook, un atractivo y misterioso extranjero a quien conoce por casualidad en el museo donde trabaja. ⸙ Temas: Amor...