CAPITULO TRES

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Escuchó como el sonido del agua cesaba

- ¿Jimin eres tú? – llamó la conocida voz masculina de Jungkook desde el interior del baño.

- S-si – respondió nervioso – dejaré tus documentos en la mesa de la sala ¿está bien? – informó ocultando su desanimo, y es que el pequeño pelinegro tenía la esperanza de volver a ver el rostro de aquel chico.

- No no, espérame, salgo en un minuto

- De acuerdo – respondió ahora en voz baja sin saber si el chico lo había escuchado o no.

Jimin había respondido sin meditar lo que Jungkook había dicho, pero incluso si lo meditaba no entendía bien qué más necesitaba de él, de cualquier forma ya estaba ahí y pronto lo averiguaría.

Notando que la ducha había vuelto a funcionar, se dirigió hacia el sofá y se sentó en él con una postura muy formal, ya había puesto los documentos de Jungkook en la mesa de centro, ahora solo observaba todo el lugar con detenimiento, se preguntó cuánto podría estar pagando un chico tan joven como Jungkook por esa suite, según su identificación tenía 23 años, no se podía hacer tanta fortuna hasta esa edad, definitivamente eran chicos muy adinerados de padres muy adinerados.

Escuchó la ducha detenerse otra vez y un minuto después el sonido de una puerta abrirse, involuntariamente Jimin acomodó un poco su cabello con la mano sintiendo sus nervios crecer.

- Hola

El corazón de Jimin se detuvo cuando vio al chico aparecer en la sala solo con una toalla blanca envuelta en su cintura.

Rompió la hipnosis que había creado por unos segundos ese trabajado cuerpo de piel blanquecina cubierta por algunos tatuajes en uno de sus brazos y se puso de pie con brusquedad desviando su mirada hacia el piso, no sabía de qué se trataba esto pero no estaba bien, hasta donde Jimin sabía en Corea del sur las personas eran también bastante cerradas aunque no sea tanto como en su comunidad.

Que alguien que apenas conoces se muestre así ante ti es algo extraño, algo que quizás está hecho para incomodar, aunque a Jimin realmente no lo incomodaría ver un poco más de aquel cuerpo tampoco podía aceptarlo.

- Tus documentos están ahí - dijo señalando con su dedo índice a la mesa frente a él.

- Ya veo – dijo con una sonrisa mientras comenzaba a caminar hacia Jimin – gracias por venir, me salvaste la vida.

Ahora el pequeño pelinegro estaba temblando sin poder moverse ni un centímetro, Jungkook se había posicionado peligrosamente cerca de él.

- N-no es nada – respondió bajito sin levantar la mirada del piso y sintiendo su corazón palpitar más rápido – imaginaba que los necesitarías.

- No hablaba de los documentos – llevó su mano derecha al mentón de Jimin para levantar su rostro y girarlo levemente hacia él – moría por verte de nuevo.

Jimin abrió su boca un poco para decir algo pero ninguna palabra salió de ella.

- Tranquilo – dijo con voz suave moviéndose para quedar frente a frente con Jimin y con sus cuerpos casi rozándose – Dios, eres tan hermoso – exclamó acariciando la mejilla del mas bajito con su pulgar mientras examinaba con la mirada cada parte de su rostro.

Acto seguido Jungkook tomó los labios de Jimin con los suyos moviéndose delicadamente sobre ellos, el contacto hizo reaccionar al pequeño pelinegro quien abrió los ojos de par en par observando tan de cerca el rostro del más alto mientras sentía como este absorbía sus labios humedeciéndolos en el acto y creando miles de sensaciones en su estómago.

Pasión dormida ❦ Kookmin OSDonde viven las historias. Descúbrelo ahora