El taxi esperaba afuera de mi casa con mis maletas dentro, tome una gran bocanada de aire y me despedí de mi mamá, ella me dió una mirada de comprensión sin mencionar nada, sabía que era mejor hablar cuando llegara a mi departamento.
Subí al taxi por solo un minuto, no iba a hacerlo, no tenía el valor, siempre había sido lo suficientemente cobarde como para evitar las despedidas.
Kei estaba en su casa o eso esperaba, bajé del auto y corrí hasta su casa, sabía que si demoraba más me iba a arrepentir e iba a salir corriendo antes de siquiera tocar su timbre.
Junte todo el valor que no tuve para confesar mis sentimientos para tocar el timbre. Oraba porque abriera esa puerta y saliera con su característico cabello alborotado.
El tiempo me parecía eterno, si no salía iba a querer regresar solo para despedirme, para dar aquel primer beso que tal vez para él no tendría importancia pero para mí sí.
Volví a tocar el timbre y está vez la puerta sí abrió, Baji salió, las palabras no salían de mis labios, podría apostar que estaba tan asustada y nerviosa que sí en este momento había un sismo lo iba a ignorar completamente.
Él tampoco mencionó nada, seguramente estaba esperando que yo hablara primero, pero lo que no sabía es que yo tampoco iba a decir nada.
Luego de unos pocos minutos sentí esa adrenalina que solo había sentido cuando entregué esa pequeña carta que marcó un antes y un después solo para mí, la adrenalina de pensar que el cualquier momento me iba a descubrir me hacia tener emociones encontradas cada dos por tres.
Me acerqué más a él y dejé un suave beso en su mejilla, mi corazón latía a tope y mis manos temblaban como si el frío fuera infernal.
Me dí media vuelta sin decir nada.
Luego la miré a ella, podía notar que estaba enamorada de él, sabía que ella era lo suficientemente buena como para hacerlo feliz, ella era la indicada para él.
Al mirar como ella corrió hasta él confirme que mi motivo era demasiado justo, él había encontrado antes a la persona indicada, pensó que yo iba a ser la primera pero fue lo contrario y recordárselo iba a ser egoísta de mi parte, la mejor decisión es irme para evitar cualquier inconveniente.
Tres golpes en la puerta me hicieron saber de inmediato quien era, mire a Light correr hasta la puerta, la seguí con una sonrisa, ambas sabíamos quien era.
Abrí la puerta y mire a mi pelinegro favorito, lo miré con emoción antes de hacerme a un lado para dejarlo entrar.
—Te extrañé, no sabes cuánto —me tomó entre sus brazos y en respuesta me acurruque en su pecho.
—Tambien te extrañé Aiden...
—¿Así te vas a ir?
—¿Estás loco? Claro que no.
—Apurate entonces, no queremos perder la reservación.
Me separé para mirarlo indignada, aún estábamos a tiempo.
Conocía Alemania como la palma de mi mano gracias a él, el fue la primera persona en mostrarme la ciudad, no solo los lugares más conocidos si no también los que eran un pequeño secreto realmente bello.
—_____, si tardas mucho me iré sin ti.
—Eres un mentiroso, ambos sabemos que no lo harías.
—¿Quien dijo que era mentira?
—Yo, porque sé que no me dejarías nunca.
Aiden hizo la misma promesa que Keisuke, solo que había más probabilidades de que Aiden la cumpliera, porque una promesa rota no tenía posibilidades de ser reparada.
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.Uyyyy, la verdad Aiden me tiene a sus pies, ¿inspiración? "Crónicas matrimoniales de una bruja y un dragón", estoy un poquito (muy) enamorada de aquel personaje.
No creo que sea triángulo amoroso (o eso espero).
Gracias por leer <3.