Lunes, bendito lunes. Me levanté de la cama aún un poco adormilada y me dirigí al baño. Miré mi rostro, que fea soy.
Entré a la ducha y dejé que el agua tibia recorriera cada centímetro de mi cuerpo. 28 minutos de reflexión, 2 de enjabonamiento.
Terminé y me vestí como normalmente iba. Me cogí dos trenzas y me cepillé los dientes. Me acordé que pronto tenía que ir al dentista a quitarme los brackets. No sé como lo pagaré, tendré que trabajar más horas.
Bajé y encontré a mi padre dormido en el sofá con varias cervezas expandidas por el suelo. Negué con la cabeza y fui a la cocina. Cogí una manzana junto con la mochila para después salir de casa.
Anduve con cuidado por los charcos de la noche anterior.
Un coche paso por mi lado de la acera y me mojó entera. Maldije por lo bajo y mire mi ropa.
Estaba calada.
Quería volver a casa y cambiarme pero era tarde. Faltaban solo cinco minutos para que tocara la sirena. Corrí hacia el instituto y por suerte llegué a tiempo.
Suspiré cansada y fui hacia mi taquilla. Saqué algunos libros, cerré la taquilla y una voz chillona hizo que diera la vuelta.
-Hola April...
¡Holaa! Espero que os esté gustando! Bye beibis ❤