Prólogo

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Taehyung era un chico que no tenía grandes expectativas del amor, por más que se le declarasen repetidas veces en su Universidad, el no veía a nadie con quién realmente poder compartir algo de él. Al estar en su último año de carrera para formarse finalmente como profesor de primaria conoció a un chico en un callejón con el cual entabló cierta relación de amistad, llamado Jimin, la única persona que tenía para confiar sus sentimientos y lo que piensa.

-Tae cariño, sabes, vas a quedar divino con estas uñas pintadas. –Dijo cómicamente Jimin mientras le pintaba de un pálido azul cielo las uñas a su mejor amigo, al que él mismo llamaba su Soulmate-

Taehyung rió y negó con la cabeza, estaba en esos momentos donde no sabes para qué estás en tu vida, esos momentos en los que te ríes y cuando terminas, siente que tienes un vacío, así que intentas reír de todas las cosas posibles para olvidar todo e ignorar ese sentimiento que poco a poco te carcome por dentro.

-TaeTae. –Llamó Jimin al ver a Tae inmerso en sus pensamientos, en su mundo-

-Dime Mochi. –Contestó pestañeando repetidas veces-

-Sabes, hace poco leí un artículo dónde había gente que invocaba a su alma destinada.

-Pero tú ya eres mi alma destinada Mochi. –Contestó con inocencia y sin entender del todo Tae-

-Me refiero de forma romántica rubito listillo.

-Oye no te metas con mi pelo... -Tae hizo un puchero, se miraron y se comenzaron a reír- Pero ¿Alma destinada? ¿Eso realmente existe? –Una curiosidad había invadido al menor-

- ¿No es interesante? Se dice que siempre habrá una persona para nosotros, pero saber quién será haciendo "trampas" contra el destino. Realmente podría intentarlo, pero amo mucho a Gigi, así que me quedo con él. Tal vez no sea mi alma destinada, pero me da igual el destino, me basta con saber que le amo con todo mi ser y él también. –Jimin siempre fue una persona fuere, pero Tae no se esperó que aquel chico que encontró en un callejón y con el cual viviría en su departamento fuera una especie de voltea heteros y voltease a la primera a aquel chico gatuno que entró en la cafetería dónde ambos trabajaban-

-Supongo que no siempre el destino tiene razón, pero si siempre hay alguien para nosotros, deberé seguir esperando.

-O salir de fiesta y encontrar a tu alma gemela mientras estás borrachito. –Contestó Jimin mientras terminaba de pintar la última uña de Taehyung, y a continuación, acariciaba las ya secas-

-Paso de fiestas, ya hemos ido a un par y por muy bien que me lo pase...

-No te gusta, ya lo sé mi querido mejor amigo. –Interrumpió Jimin sonriente-

Ambos se levantaron y fueron hacia el salón comedor para prepararse algo de comer y ver películas juntos, aquellas tardes hacían sentir tan tranquilo y tan cálido a Jimin que, después de comer, siempre terminaba dormido en el sofá mientras Taehyung observaba la película, pero realmente su mente estaba más allá de esta.

Los días eran así, rutinarios, ellos salían a comer, Jimin había noches en las que se iba con Yoongi, su novio, compraban comida juntos, trabajaban, estudiaban, una vida de universitario promedio.

Una noche, cuando Jimin decidió irse de fiesta con Yoongi para celebrar que habían acabado los exámenes que tanto le preocupaban, Taehyung comenzó a buscar información sobre dicho artículo que había mencionado su peli rosa mejor amigo. Encontró mucha información, más de la que él hubiera imaginado, incluso como realizar tal invocación, y su madre siempre decía que era mejor hacer las cosas si querías que quedarse esperando que alguien te abriera las alas y las tuvieras que hacer, así que Taehyung lo probó a hacer. Al comienzo no pasó nada, estaba tranquilo y una vez terminado sintió una extraña sensación de alguien abrazándole, una calidez extraña.

-Nunca me imaginé que tantas personas quisieran invocarme... -Dijo una voz asustando a Taehyung, quién se giró al ver el reflejo del espejo y se encontró con un chico que parecía de su edad, pelo negro, rasgos marcados y unos ojos, que le recordaban a las noches que el pasaba contemplando la oscuridad de la noche por su ventana cuando era pequeño-

Observó de arriba hacia abajo al chico y gritó asustado, ¿Qué era esto? ¿Le querían robar? Asustado intentó salir corriendo, pero la misma voz que ahora sabía de quien era dijo:

-Soy Jeon Jungkook, y supongo que desde ahora seré tu alma gemela. 

Días de otoño -kookv-Donde viven las historias. Descúbrelo ahora