Watch Me

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Actúa con normalidad, me dije a mí mismo mientras entraba a la cocina a la mañana siguiente. Con otros cuatro compañeros de piso, el pequeño y luminoso espacio era normalmente un zoológico por la mañana, todos revolviéndonos unos a otros, echando cereales en los tazones, friendo huevos o tostando Pop-Tarts. Ninguno de nosotros era un gourmet, excepto Taehyun, que refunfuñó cuando mi codo golpeó el suyo al pasar por la estufa donde estaba haciendo una especie de tortilla que olía delicioso. No es que vaya a compartirla con ninguno de nosotros, el bastardo egoísta.

Mi estómago gruñó mientras me dirigía a la nevera. Después de un rápido vistazo alrededor, por un segundo pensé que estaba a salvo. Hasta que lo vi escondido en el rincón del comedor, con sus oscuros mechones de pelo ocultando su cara donde estaba sentado en la mesa, inclinado sobre un libro de texto. Tenía el brazo enroscado alrededor del libro, y un bolígrafo golpeaba sin descanso la parte superior de la página.

Yeonjun. Carajo.

Como si supiera que me había detenido al verlo, levantó la vista, se encontró con mis ojos y levantó una ceja.

—¿Qué pasa?

Asentí con la cabeza y abrí de golpe la nevera, enterrando mi cara en ella mientras mis mejillas se encendían. Era un saludo perfectamente típico entre nosotros, y me lo recordé mientras sacaba un cartón de leche de la nevera y lo olfateé antes de dejarlo en la encimera y rebuscar en el armario algo de cereal. Cualquier cereal. En ese momento me daba igual. Estaba distraído pensando que Yeonjun me estaba mirando, pero cuando miré por encima de mi hombro para comprobarlo, su atención estaba clavada en su libro de texto.

Kai fue el siguiente en llegar, con su cuerpo larguirucho empapado de sudor por el entrenamiento de atletismo.

—Estás apestando la cocina. —dijo Taehyun.

—Literalmente acabo de entrar. Debes estar oliendo tu cara.

Taehyun le tiró un poco de huevo, que Kai recogió del suelo y se metió en la boca mientras yo echaba los cereales en mi tazón. Mi otro compañero de cuarto, Soobin, me arrebató la caja de cereales y metió la mano en el interior, sacando un puñado de cereales que se llevó a la boca.

—Cavernícola. —acusé, y él sonrió.

Me subí a la encimera para comer e intenté no volver a mirar a Yeonjun. Ya había comprobado que no me miraba raro, así que me dije que me relajara.

—¿Qué novato deberíamos llevar para CD (Conductor Designado) a la fiesta del jueves? — Soobin preguntó, apoyándose en la isla frente a mí. Agarré el tazón vacío que tenía en la mano y lo dejé caer en el fregadero a mi lado, negando con la cabeza.

—No puedo ir. El viernes tengo un examen enorme y estoy 90% seguro de que voy a reprobar.

Movimiento en el rabillo del ojo. Yeonjun me miró, y luego volvió a bajar la mirada. Mi estómago se revolvió sobre sí mismo, y luego se hundió. Cuando mi pene dio un respingo, rechine los dientes y puse el tazón de cereales en mi regazo. ¿Qué mierda está mal conmigo?

—Amigo, vamos. Durante una hora. —Soobin era mi hermano de fraternidad, el único de la casa. Kai era un amigo de Soobin de la escuela secundaria, y Taehyun era mi compañero de cuarto de primer año.

—No. Me gusta demasiado mi beca. Sin embargo, deberías llevar a Jeongin para CD.

—Aguafiestas. —Soobin me lanzó una pistola de dedo ante la que me encogí de hombros; luego recogió su mochila del mostrador y trotó hacia la puerta trasera.

Kai desapareció, probablemente para ducharse, y Taehyun estaba deslizando su tortilla en un plato de papel. Al ver la escritura en la pared, engullí mis cereales. No quería estar solo en la cocina con Yeonjun. Era una reacción estúpida y débil, pero era lo que había.

High School Lust 《Yeongyu》Donde viven las historias. Descúbrelo ahora