DURMIENDO JUNTOS

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La conversación si a eso sé le podía llamar así sé extendió un par de horas más sin que ambos llegarán a un acuerdo el tratando de persuadirla y ella repitendole que se fuera y que le daría dinero.
“¡Hombre, exclamó él. El tiempo vuela cuando uno se divierte cierto tesoro! Le pregunto y sin darle tiempo de responder volvió y dijo “¡Kelly, me temo que el último autobús ya se ha ido. En estas circunstancias, me quedaré aquí para el descanso de la noche y divertirnos a lo grande!” Dijo con una sonrisa lujuriosa.

«¡¿Qué?!» Kelly sé asombro demasiado de solo pensar que pasaría una noche entera con él y en su cama. No eso ella no lo iba a permitir “¡Por favor vete te pido un taxi!”… Le repetía como un mantra al final sé dió cuenta que él no le iba hacer caso a su propuesta.

Kelly por favor dijo él un poco fastidiado de escuchar lo del puto taxi «¡Sabes que ahora mismo, creo que es tiempo para otra ronda de sexo!» Y muy despacio se acercó a ella sujetando con fuerza sus delicados hombros.

Kelly pelea, pataleta, grita y se suelta de sus manos, pero Frank la agarra del brazo y la abofetea fuertemente. Kelly cae sobre la alfombra llorando a mares desconsoladamente y Frank sin ningún miramiento la jala de su pelo y la vuelca en la cama. Frank va al interruptor y apaga las luces. La habitación queda iluminada solo por las luces de los faroles de la calle que se filtran por la ventana.

Regresa donde Kelly ella está acostada y toda desnuda, la encuentra llorando y abrazando fuertemente una almohada. Él también se mete desnudo en el dulce lecho con Kelly y tira de las sabanas sobre ellos para arroparse. Él comienza a gemir y pronto ella también está gimiendo cada vez más fuerte y excitada. Frank tiene su manera de poseer a Kelly durante toda la noche ahí en su cama le hace infinidades de cosas....

Kelly se corre incontables veces, como nunca en su vida lo había hecho antes. En esa noche se le despertó toda la lujuria que tenía guardada en lo más profundo de su subconsciente y sentía que le gustaba el pene grande, grueso y negro de su violador, inclusive sé lo chupo sin que él se lo pidiera, hacen con frecuencia el 69 gozando de una manera erótica y placentera; Está noche ella descubre que sentada a horcajadas sobre él, es cuando más disfruta y sus orgamos son multiples e interminables en una lujuria incontenible y cada encuentro sexual que tienen está noche lo sellan con besos eternos y apasionados con sus lenguas.

Frank calculo que ella durante la noche se había corrido unas 20 veces aproximadamente. Al parecer ella tenía mucho tiempo sin haber sido penetrada porque su vagina era demasiado apretada ella era casi vírgen y el con su gran pene no sé la ponía nada fácil, "él también reflexionó sobre lo que le había hecho él nunca en su vida había cogido una mujer a la fuerza nunca había violado o pegado a una mujer apesar de haber terminado viviendo en la calle el no era un hombre violento se sobó las cien con las dos manos y sé pregunto por qué con ella actuó así por qué precisamente con ella". Este fue su último pensamiento antes de quedarse dormido con el cuerpo de ella acurrucado en el costado izquierdo de él.

Al día siguiente era sábado. Kelly se despierta y se preguntó si tuvo un sueño erótico en la noche, pero luego se da cuenta de que está desnuda y descubre su ropa tirada sobre la alfombra y también la ropa de otra persona. Frank entra en la habitación usando nada más que su ropa interior. Kelly de inmediato sé cubre con la sabana alrededor de sí misma.

“¡No hay necesidad de eso, le dice él de manera cómoda como si estar así fuera lo más normal entre ellos y continúa su oración. Yo ya he tenido el placer de haber recorrido cada centímetro de tú piel te conozco completa, así que nunca más vuelvas a cubrirte de mi!” Está última palabra la hizo enfático y de forma posesiva después de decirlas. Mentalmente se pregunto que, que coño le estaba pasando con esa mujer hace solo unas horas que se conocían y él ya se creía dueño de ella.

“¿Qué hora es?” Kelly le pregunta avergonzada para cambiar de tema por qué no le gusto la forma autoritario con que él le habló.

“Son las diez de la mañana, ¿por qué me preguntas?, ¿tienes algún plan para ir algun sitio? Kelly niega con la cabeza, temerosa y sumisa. Por el tono autoritario de su voz ella le tiene miedo cree que si no le obedece o hace o dice algo incorrecto él la abofetera de nuevo y por evitar ser maltratada sé comportará sumisa con él. Ella hace una plegaria en vos baja para que él se vaya de su casa quiere estar sola y llorar por su desventura.

“Bueno, tengo listo el desayuno dice Frank, pero antes tienes que lavarte”. «¡Vamos a tomar una ducha!» Frank se lo dijo en un tono más agradable. Ella de mala gana lo siguió al baño pero después los gemidos de placer de Kelly se desataron en la ducha.

En la ducha Frank lo estaba haciendo duro con Kelly. Sus manos recorrían desde la espalda a sus nalgas. Le chupaba su vagina y ella le chupaba su pene negro. Ellos estaban teniendo el mejor momento sexual de sus vidas.

Él negro no creía estar en la ducha con esta sumisa y magnífica rubia de 24 años de edad, sus manos acariciaban su cuerpo, mientras sé besaban apasionadamente sus senos estaban apretados contra su pecho y sus rozados pezones duros punzaban los duros pectorales de él.

Él se detiene y le dice que vaya contra la pared. Kelly hace lo que él le ordena. Ella sabía lo que iba suceder y de hecho sucedió. Frank sodomiza a Kelly de nuevo.

La rubia gritó a la primera que la penetra. “¡OHHH!” … Él golpea su culo con una gran palmada de su grande y fuerte mano y luego la agarra de las caderas. Empieza a empujar más y más rápido y pronto Kelly tiene un orgasmo que jamás ha sentido.“¡¡OOHHH!! ¡¡AAAAAHHHHHH!!… ¡¡SIIIII!!” Grita ella de puro placer.
Ambos están tan excitados y calientes que no sienten la refrescante agua que corre libremente por sus cuerpos desnudos.

Después de la ducha Frank se vistió.  Y se dirige al closet él escogió el vestido que Kelly debia llevar escogió un lindo vestido blanco con mariposas y flores azules. Miró a través de sus cajones y estaba decepcionado de que Kelly no guardaba porta ligas, pero al menos tenía algunas bragas de encaje. Él mismo le puso un sujetador en azúl de media copa haciendo juego con las bragas azules y con los zapatos de tacón de color azúl también.
Ella sé miró al espejo y se veía como una majestuosa y preciosa mujer, voluptuosa y sensual en el fondo satisfecha de lo que estaba viviendo y haciendo con el negro vagabundo.
Se miró muy bien en el espejo y en su reflejo diviso una nueva Kelly con los labios hinchados y rojos de tanto besar, sus senos los sintió más sensibles que nunca y su zona íntima le dolía a causa de haber tenido sexo toda la noche con aquel Vagabundo.

La Mujer Blanca Del Vagabundo Negro  Donde viven las historias. Descúbrelo ahora