El DESAYUNO

364 12 0
                                    

Finalmente se sientan a tomar el desayuno.  Y él comienza a conversar “Por lo visto, trabajas en un bufete de abogados, eres dueña de esta preciosa casa y conduces un Mercedes rojo, ¿verdad?… Kelly asiente. “Lo estás haciendo muy bien para ti misma y en una edad tan joven, ¡te felicitó!.”

“¡Gracias!.... Responde Kelly y le pregunto ¿Dime por qué estamos teniendo una conversación normal como si estuviéramos casados ​​o algo así?” Kelly rompió con su silencio.

“¡Fácil, es lógico hablar acabamos de complementarnos sexualmente, a menos que tú quieras que sea de la manera que indicas!.”

«¡No! Ya te lo dije tú sólo puedes llevarte el dinero que te daré y listo te vas, yo no llamaré a la policía ni le comentaré ésto a nadie sólo vete por favor!» dijo Kelly en un modo sumiso.

“¡Bien, bien! Respondió él pero al ritmo que vas podrás estar siempre adelante con ganas incontrolables el resto de tú vida y si me voy no podré complacerte dime o buscarás a alguien para hacerlo”. Kelly no dijo nada.

Después del desayuno, Frank se levanta llevando los platos vacíos a la cocina. Le dice a Kelly que se quede sentada allí en el comedor hasta que él vuelva. Kelly le obedece.

Al volver Frank en su mano tiene un pequeño pedazo de panqueque que no lo comió. Se acerca despacio a Kelly y lo hace caer en su escote dentro de sus turgentes pechos.

“¡Vaya, siento ser tan torpe me pondré a buscarlo!”. Mete la mano en el escote de Kelly y empieza a palpar los senos fingiendo que buscaba el pequeño trozo de panqueque. Kelly nunca se sintió tan humillada en su vida, dejando que este hombre la acaricie de está forma, pero en el fondo le gustaba y sentía placer con sus tocamientos.

“¡Lo tengo!” dijo él sacando el pedazo de panqueque y se lo comió así tan relajo como si eso fuera lo más normal del mundo. Luego exclamó con voz muy suave. “¡Cariño, ya puedes levantarte de la mesa!.”

Cuando Kelly sé levanta de su asiento él le ordena que sé quedé de pie. Muy sensual y con una sonrisa perfecta Frank sé acerca a ella y sé agacha le jala hacia abajo sus bragas y le sube su vestido hasta la cintura. Luego le introduce dos dedos en la vagina él la siente muy húmeda y eso lo excita luego el mueve sus dedos fuertemente dentro de ella y la escucho jadear y gemir. “¡Ohhhh!…¡Por favor, por favor… Dejame, no quiero!”, ella rogó pero sabía que era inútil él no la soltaría hasta que a él no le diera la gana.

Frank iba a hacer el recuento del último día como en la ducha. Estaba empezando a excitarse de nuevo. Con su mano derecha busco su seno izquierdo. Kelly casi sé cae pero Frank la agarra de las caderas arrinconandola contra la pared, ella sé deja llevar por qué además estaba por sentir otro orgasmo incontrolable. Ella no entendía por qué esté hombre la hacía sentir tan caliente y húmeda a la vez.

El siguió frotando su coño y luego sé lleva sus dedos mojados con los jugos vaginales de Kelly a su boca de labios gruesos y perfectos y los lame y luego le confiesa «¡Nunca supe que sabía tan bueno, eres adorable y sabes muy dulce!» Él pone sus dedos de nuevo en el coño y su mano derecha continúa masajeandole el seno izquierdo haciendo a Kelly gemir..... más.... Y más... fuerte..... “¡¡OOOOOHHHHH….SIIIIIIIII AAAAHHH…OOOHHHH!!” La chica se corre con un orgasmo desenfrenado.

Él de inmediato tira abajo su sujetador y hace que sus tetas sé salga y empieza a chuparlas con ansias desesperadas.

«¡OOOOOOOOHHHHH!» Kelly gimió. Ella sabía que Frank era él hombre que la hacía sumisa y débil y le daba un placer que nunca lo había experimentado antes en menos de 24 horas él sé apoderó de todos sus sentidos. Lloro en silencio por qué nunca se imaginaria que una chica como ella caería en manos de un negro y además vagabundo.
Es que él permanentemente la ponía en ese estado tan caliente y libidinoso. Kelly gritaba y gemia en puro éxtasis sexual.

«¡Bien!» dijo Frank con su voz ronca y agitada . “¡Tú has tenido otro orgasmo!. Ya he terminado ahora pagame mi dinero para que yo pueda estar en mi camino, si no quieres que me quede.” Kelly se agita y rápidamente con mucha vergüenza sube sus bragas. Ahora los dos están en el dormitorio. Él mira a su culo que al caminar lo menea y le da una bofetada en las nalgas redondas y sensuales.
Ella pega un brinco de la impresión y el suelta una carcajada al ver su reacción. Él seguía matando el tiempo la verdad no sé quería ir pero ella tampoco le había dicho que sé quedará así que como tenía grandes planes iba a tomar el dinero que ella por voluntad propia le había ofrecido. Él quería disculparce con ella por la forma violeta que la tomo y también sintió mucho remordimiento en la mañana al ver su mejilla golpeada.
Dios él no era así pensó y por qué con ella sí, ella lo llevaba al límite de todo y eso no era bueno por eso también prefirió irse y que cada uno siguiera su propio camino.

 

La Mujer Blanca Del Vagabundo Negro  Donde viven las historias. Descúbrelo ahora