"Shhh... Aria. Nunca debes de hablar. ¿Entendido?"La madre de Aria, Sophia la ha hecho beber pociones desde el momento en que ella nació.
Después de tomar la poción, Aria ya no era capaz de decir nada. Ella se volvía muda.
Ni siquiera podría toser.
"¡Eres un patético error que nunca debió haber nacido!"
La expresión de Aria se hundió en dolor.
'¿Por qué ella tenía que ser insultada y golpeada por su propio padre?'
Su expresión facial era de absoluto desdén. Él la aborrecía. Para él, ella no era nada pero una carga patética en sus hombros.
'Si puedo hablar... padre. También tengo un nombre.'
Ella culpó a su madre.
La madre que nunca la visitó, a menos que fuera para darle pociones.La madre que la castigaría si no tomaba la poción.
La madre que jamás le leyó un cuento de hadas o le cantó una canción de cuna.
La madre que jamás la abrazó.
'¿Ella alguna vez me ha amado?'
Aria no sabía nada, ella solo podía ver a su madre mientras los días pasaban.
Su décima primavera, ella entendió todo.
Sophia, su madre había fallecido.
Sus cuerdas vocales habían sido destrozadas.
"Ella se arrebató su propia vida. Se supone que cometió un crimen violento contra si misma."
Ella se enteró de la verdad solo después de escuchar la conversación de los sirvientes a escondidas.
Sophia trataba de protegerla de El Conde Cortez, su propio padre.
'Soy una sirena...'
Sirenas.
Apodadas de esa manera en nombre de una criatura antigua, era una habilidad que corría en las venas de Sophia. La maravillosa capacidad de encantar, atraer, controlar e inclusive curar a las personas o causarles una intensa agonía por cantar.
Las sirenas eran criaturas mitológicas que solo existían en las leyendas y los mitos.
Sim embargo, 12 años atrás El Conde Cortez descubrió que existían realmente. Secuestro a una de ellas y la introdujo al mundo.
Esa pobre sirena, era la madre de Aria.
'¿Es así como nací? ¿A base del sufrimiento de mi madre?'
Su cuerpo entero se estremeció.
Las noticias le dolían, pero eso era incomparable a la violencia doméstica que El Conde infligía a Aria.
"¿¡Cómo te atreves a intentar escapar de mi!? ¡Pequeña zorra, no te cuidaré nunca!"
Duele. Duele mucho.
Ese día sin duda alguna fue el peor día de su vida.
Aria se sentó, sus ojos rojos picando por las lágrimas, sus manos pálidas temblando de miedo y tristeza, todo su cuerpo estremecido.
Intentó ignorar los gritos bloqueándolos, pero eso era imposible. El sonido seguía timbrando en su corazón.
Ella sintió más dolor que el cuerpo humano podría soportar y genuinamente pensó que iba a morir.
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Me convertí en la familia del villano
RomanceAria ofreció un matrimonio por contrato. Al gran duque Valentine, de quien se dice que vendió su alma al diablo. Para poder protegerse a sí misma y a él. [Cásate conmigo.] Aria le pasó una nota que le pide su mano en matrimonio con sus pequeñas ma...