Abro mis ojos y lo primero que observo es el anaranjado roble, imponente y característico de los otoños en este lugar. Siento que él y yo seremos grandes amigos. Después de todo, ésta última semana ha sido algo difícil, no he dejado de pensar y replantearme el hecho de estar aquí, sola y sin demasiadas ganas de nada. Me siento como si estuviera en piloto automático. Aunque no me detengo, siento como si estuviera viviendo de manera sistemática y monótona. A este punto, es importante resaltar el roble, pues mirarlo, de alguna extraña manera, me provoca consuelo y reflexión... Lo sé, es un árbol, pero tanto él como yo tenemos algo en común: un pasado nostálgico y un futuro que nos cambiará. En cuanto a él, su cambio será una poda, por lo que hoy vendrá el jardinero. En cuanto a mi... Quizás también necesitaba una poda de personas y ambientes, y creo, venir aquí fue la mejor forma de llevarla a cabo.
Hoy también tendré que presentar toda la documentación en la universidad, los nervios me carcomen, pero sé que estaré bien. De todos modos, solo son unos papeles, las cursadas comenzarán dentro de tres semanas, lo que me da tiempo a adecuarme al lugar hasta volver a establecer la confianza.
La mañana pasa rápidamente y a eso de las 9:30 llega el jardinero, el cual además de acomodar el jardín, podará el roble. Mientras tanto me propongo ir a la universidad.
Decido tomar el tren. Jamás me cansaré de viajar en él, con solo pensar en las infinitas historias que podrían haber ocurrido aquí, me invaden miles de sentimientos que me inspiran a soñar y escribir.
Al bajar y llegar finalmente, a la universidad, no puedo evitar expresar asombro. El ímpetu de aquel edificio era único, nada más ni nada menos que el Colegio Universitario de Londres.
Al parecer el asombro me cegó lo suficiente como para no ver el paso y terminé chocando con aquel chico. Alto, como de unos 175 cm; cabello castaño claro; ojos redondos y color avellana; y, además, debo decir, con una sonrisa muy simpática.
- ¿Nueva? No me digas, de literatura. -
-Sí ¿Cómo lo supiste? - Respondo algo confundida
-Lo de nueva por tu cara y lo de literatura por tu folio. Soy muy bueno observando a la gente- Dice sonriendo arrogantemente -Oh, olvidé mencionarlo. Soy Tom de psicología y estoy organizando a los de primer año-
- Clara, un gusto. -
-El gusto es mío Clara. Por cierto, no eres de aquí ¿verdad? Tu nombre no es común -
-No, soy de España, por eso el nombre te resulta extraño-
-Oh ya veo, tenemos a una bilingüe que estudiará literatura, fantástico… - Dice intentando hacerse el interesante -Los papeles debes dejarlos en la mesa de entrada a la derecha y este formulario debes completarlo y dármelo a mí en la primera semana de clases-
-Muy bien Tom, entonces nos vemos Luego-
-Hasta pronto Clara de Literatura- Dice despidiéndose mientras sonríe.
Sin entretenerme más sigo mi camino y avanzo hasta la mesa de entrada.
Después de entregar los papeles y hacer algunas compras decido volver a casa.
El jardinero se estaba por partir, el jardín se encontraba en perfecto estado y el roble estaba aún más hermoso que antes. Una sensación de paz y satisfacción me recorre el cuerpo, estoy muy feliz de poder estar aquí.Sigo pensando que mi estadía aquí será algo monótona, pero ver la universidad hoy, me dió un rayo de esperanza en que quizás las cosas cambien al inicio de clases . Mientras tanto, mi rutina sigue. Todos los días me despierto temprano, hago un poco de deporte, tomo una ducha y me dispongo a limpiar la casa, más tarde almuerzo y salgo al jardín para leer debajo del roble. Todo esto sola, no tengo a nadie. Aunque honestamente no me molesta, he aprendido a disfrutar de la soledad. Tampoco uso demasiado el móvil, he decidido permanecer al margen de las redes sociales y solo hablo con mamá o con Zoe, mi mejor amiga, de vez en cuando. Quiero, por todos los medios, permanecer al margen de todo lo que estuvo antes de haber llegado a Londres, después de todo, esa es "mi poda", y ya no puedo volver atrás. Soy consciente que ahora tengo algo nuevo en lo cual enfocarme y no debería distraerme pensando en cosas que ya no tienen solución.
Es curioso que alguien como yo diga esto, es decir, pienso todo el tiempo, pero he aprendido a dar riendas sueltas a cierta clase de pensamientos y reprimir otros. Ya no quiero pensar en lo que fue, ni en lo que pudo haber sido o si las decisiones que he tomado fueron las mejores; sé muy bien que hay cosas que ya no tienen retroceso, la vida no tiene un botón de “vuelta atrás”. Por el contrario, decido enfocarme en lo que es ahora y será en un futuro cercano y me preparo para ello; no vivo en el futuro, pues el ilusionarse cuesta caro, pero vivo preparándome para lo que él me va a traer continuamente.
Mi filosofía es algo difícil de entender. Sé que probablemente sólo funciona en mi cabeza, pero me basta con que yo pueda entenderla y ponerla en práctica. A fin de cuentas, fue lo que me mantuvo viva hasta ahora, es lo que me hace continuar de pie.
En fin, dentro de unas semanas comenzaré las clases y con suerte se hablará algo parecido en las clases de filosofía o psicología, allí sabré que tan loca, o no, estoy.

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Al Paso del Futuro
Novela JuvenilObsesionada por futuro y con la intención de olvidar su pasado, Clara emprenderá un viaje que la enfrentará a personas y situaciones que la harán reconciliarse con él, para así, poder dar el paso que la llevará a cumplir su objetivo y forjar su verd...