Si con extender mi mano bastara.
Si con el lento mover de mis labios susurrando un deseo, llegaras.
Ocuparas tu lugar en el ciclo de mi vida, y pusieras patas arriba hasta las manecillas del reloj.
Yo sería capaz de olvidar el olvido. El vacío de no sentir tu tristeza pegada a mi lenta agonía, fundiendose en un profundo silencio.
Sería capaz de olvidar la nada, causada por la ausencia de palabras.
