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El lugar al que los había llevado su jefe de área aún se encontraba tranquilo para la hora que era, esa noche no tenía ganas de socializar con nadie y su cara no mostraba menos, brindo las veces que el jefe lo hacía, habló cuando la pregunta era directamente hacia él, pero entre más pasaba la noche más harto estaba, sobre todo por el hombre escandaloso que a cada rato hacía algo para hacer reír a los demás.

— Te juro que no lo aguanto, Mimi. —Se quejó por décima vez con su primo acercándose para hablarle al oído.

—Pero es muy agradable, Hyung. Además es el que mantiene el ambiente aquí, si no fuera por él esto estaría muy aburrido.

—Lo preferiría así para que está reunión se terminará rápido. —Se echo hacia atrás en su asiento mirando con la ceja alzada al pelinegro que jugaba piedra, papel o tijera con otro compañero.

Seokjin bajó su mirada al vaso con alcohol en su mano y le dió vuelta a este meneando la bebida, ya que estaban ahí y que todo corría por cuenta del jefe iba a aprovechar porque sobrio no creía seguir aguantando, de igual manera tenía a Jimin y el menor iba a cuidarlo si perdía la conciencia.

Unos cuantos tragos más y lejos de relajarse su estrés aumentaba mucho más, se estaba mojando el rostro en el baño del lugar para despejarse un poco y es que no se podía ir hasta que el jefe lo hiciera. ¿Estaba borracho? Sí, lo estaba. Por eso se mantenía agarrado con firmeza al lavabo mientras se veía a los ojos fijamente, minutos atrás había alentado a Jimin para que se fuera a platicar con el chico que le gustaba, asegurándole que estaba bien y que no iba a tomar mucho. Mentira, porque ya había decidido ponerse hasta el culo minutos antes de que su primito mirara con ilusión a la mesa de la otra esquina, dónde se encontraba Kim Namjoon. Aún así, Seokjin estaba borracho pero conciente, solo esperaba que sus piernas le dieran fuerzas para salir del lugar y poder llegar a casa después de que terminara todo, unos minutos más y seguro el mareo se iba, tenía que regresar a la mesa antes de que notarán su ausencia en el lugar.

—Bicho insoportable de mierda, mira que tener que venirme aquí para dejar de escucharlo. —Se quejó, no podía creer que el mal de sus días llevará nombre y apellido. Y es que... ¿Desde cuándo había permitido que le afectará tanto su sola presencia? —Un cambio de área voy a pedir, eso es lo mejor. —Lo pensó unos momentos aún mirándose fijamente. —¿Pero y Jiminnie? No puedo dejarlo solo, no.

—¿Es que la edad te ha ido afectando el cerebro a ti? —Seokjin frunció el ceño mirando por el espejo al tipo sonriente atrás de él.

—Tú... —Se giró recargando su cuerpo en el lavabo apuntando a Jung con su dedo. —Tu idio... —Su mirada bajó al cuello descubierto del menor dónde sus clavículas llamaron su atención y no pudo evitar bajar lentamente repasando el cuerpo contrario, impacientandose un poco.

—Tenía calor, venía a refrescarme un poco. —Se excusó de inmediato Hoseok abrochando los tres botones abierto de su camisa blanca con rapidez.

—Estoy muy borracho, hombre. Muy borracho. —Seokjin hizo hincapié en el "muy" tallando su rostro.

—No tienes que darme explicaciones. —Le respondió el pelinegro mojando sus manos en el lavabo de la otra esquina, bastante descolocado por algo muy insignificante. Porque eso era, ¿verdad?

—Tú empezaste. —Se quejó Seokjin recordando su fastidio de todos los días. —¿No te quieres largar ya?

—Joder, es que eres un hijo de puta. Vas por la vida chillando con que te molesto todos los días y cuando simplemente trato de existir a tu lado, andas de venenoso. —Tal vez los dos habían tomado mucho esa noche, por eso a Hoseok no le importo alzar la voz. —Siempre hay una manera en la que arruines todo.

—¿Me estás culpando a mi de tu mal comportamiento? Si tú me atacas todo el tiempo es obvio que yo haré lo mismo. Ni tú, ni yo somos un amor de persona y eso lo sabes muy bien, Jung.

—¡Tú te ganaste que yo sea así contigo! ¿No es eso lo que querías? Según bajo tu criterio esto es lo que soy, un maldito grano en el culo, un grosero e hipócrita. ¿No es así? ¿No es eso lo que viste en mi? —Hoseok hizo puños con sus manos mirando al mayor. —¡Pues eso es lo que te estoy dando! Eso es lo que vas a tener de mi, Kim Seokjin.

—Así deberías de ser con todos, yo nunca te dije que no fueras amable o algo, solo te dije que dejaras de fingir que te caen bien cuando también puedes tener días malos. Tú solo te sentiste porque yo te dije la verdad. Eras un falso con todos por eso me di cuenta.

—¡Contigo no, Kim! —Hoseok lo miró y la comisura de sus labios lo traicionó. —Contigo no, imbécil.

Office ManDonde viven las historias. Descúbrelo ahora