Durante casi la mitad del camino, ninguno de los dos dijo ni una palabra. Yo, por mi parte, caminaba sin nada de estilo, mucho menos elegancia, mirando a la chica de reojo de vez en cuando. Ella, caminaba hacia adelante, muy decidida, con la cara inexpresiva. Yo fui él que se animó a hablar primero.
-Entonces, Ana, ¿De dónde vienes?- Dije con un deje de preocupación en mi voz, preocupado de que ella no conteste. Quedaria como un estúpido.
Ella miró rápido hacia mi y volvió la vista al frente, después de eso parecía haber cambiado repentinamente de actitud. Abrió la boca y balbuceo, como si quisiera hablar pero lo estuviese pensando antes de decirlo.
-Ah, bueno, nací en Buenos Aires y viví 5 años de mi vida ahí. Cuando mi hermano, Nate, cumplio 3 años, mi padre fue ascendido de su puesto de empresario y tuvimos que ir a vivir a Nueva York. Allí tuve una vida normal, como cualquiera, hasta que despidieron a mi padre del trabajo. Decidieron, mi madre y él, que antes de sufrir una crisis económica, volver a la Argentina y tomar la casa de mis abuelos era lo mejor. Mi padre consiguió trabajo antes de venir y mi madre está en una entrevista para ser periodista en una importante revista de inmobiliaria, cuyo nombre no recuerdo.
Su voz era dulce ahora que ya no actuaba como si odiara a todo el mundo.
Espere un momento antes de hablar -Nueva York- digo-, siempre tuve una clase de obsesión con "la gran manzana", a pesar de que nunca estuve allí-
Sonríe por lo bajo y sigue hablando.
-¿Qué hay de ti?- me dice, ahora me mira expectante-¿Siempre viviste aquí?-
Soplo, largando el aire a mi flequillo- Sí, este pueblo me vio nacer y creo que me verá morir. No es que no quiera estudiar, pero después de eso, quizás vuelva aquí-.
-Eso es triste, ¿Toda tu vida en el mismo lugar?¿En Serio?- Ella comienza a mover su cabeza con decepcion. Con un gesto de confusion.
- Oh, si- digo, muy seguro de mi mismo- que hay de emocionante en vivir de un lugar a otro, sin establecerse en algun lugar. es como ser el "nuevo" siempre. Y nadie quiere ser el "nuevo" nunca. Ademas, el ascenso de mi padre no implico mudarnos a Nueva York-dije lo ultimo con ironia y me arrepenti. Despues de todo, no tenia por que faltarle al respeto. Ademas, como la mayoria de las veces, hable sin pensar. Demasiado rapido
Sigue mirando al frente, seria, como si le hubiese dolido lo que dije. Estupido y bocon Finn Machiavello . Acabo de pensar en mi mismo, en tercera persona. Pero soy normal, se os juro...aunque jurar en vano es pecado. Y soy ateo.
-Perdona,...no es a lo que me referia...-le dije y me miro sonriendo sin mostrar los dientes. Tenia una sonrisa muy bonita.
-No importa. De todos modos, te lo debia- al ver que no entendi, explico;
-Perdoname tu a mi, por haberte tratado asi. En realidad no soy una maldita arpia, ni algo por el estilo- admitio- Estoy muy cansada por el viaje, llegamos anoche muy tarde.
Sonrei victorioso y le dije :-Disculpas aceptadas-
Volvimos al silencio incomodo, pero no importo porque llegamos a los baños y, desde la puerta, me dijo "Gracias" sin mirarme directamente.
Me dio ganas de orinar estando alli, supuse que era algo psicologico.
Entre al baño de hombres y escogi el ultimo urinario, contra la pared.
Rei cuando vi las huellas de Coca-Cola en todo el piso.
