29/𝓜𝓪𝔂𝓸/22

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¿Cómo estás? ¿Cómo te has sentido? Últimamente me preocupa mucho tú salud, ¿a quién más le va a preocupar como yo? Cuídate mucho, por favor, siento que ya no puedo hacerlo por ti.

No he podido conciliar el sueño, quiero quedarme rendida en un descanso tan profundo que no recuerde siquiera mí propia existencia. Creo que es la misma situación, o es mí equivocación por pensarla demasiado a mí punto de vista, subjetivo, claro está.

¿Alguna vez has amado con tanta devoción a alguien? Amar se siente relativamente bien, en general. ¿Qué sentido tendría la vida si no lo hiciéramos? Es lo mejor y lo peor que puede pasarnos, y si es correspondido, te despierta.

Cuando te vi de nuevo sentí que comenzó esa parte de mí vida, como mís abuelos o mís padres, esas historias de viejos amores que suelen contarse con alegría, y sobre todo, una sonrisa en el rostro. Verte fue un despertar, creía que sabía todo, pero enamorarme de ti de nuevo, de forma tan inexplicable, fue esa luz que abrió mís ojos para darme cuenta que no tenía conocimiento de nada.

No alargando esto más, esta carta se trata más de mí, creo que es la primera vez que escribo una acerca de todas aquellas vivencias que tienen que ver contigo.

Te amo, y lo que va más allá.

Tuya, Valentina.

𝐂𝐚𝐫𝐭𝐚𝐬 𝐍𝐮𝐧𝐜𝐚 𝐄𝐧𝐭𝐫𝐞𝐠𝐚𝐝𝐚𝐬-Donde viven las historias. Descúbrelo ahora