Una vez más gire en la cama, para mirar el techo, una vez más en toda la noche. Me e pasado la noche girando en la cama.
No podía dormir en compañía de mi esposa, o eso aparentabamos ser... Al menos inténtalo.
Saber que mi matrimonio no es para nada un sueño. Hace años que no encuentro un motivo para ser feliz... Ni siquiera en mi matrimonio encontraba mi felicidad.
Simplemente estaba aburrido de no tener esa sensación en mi vida.
Desde hace seis años e estado casado con Paullete, una mujer linda de 34 años, prestigiosa, elegante... Pero para nada una esposa.
Aveces me pregunto ¿Porque me case con Paullete?, desde hace años aun sigo sin encontrar el motivo del matrimonio.
No tenemos es tiempo de esposos, no almorzamos juntos, no estamos juntos y mucho menos tenemos un tipo de intimidad.
Pues una, ella no estaba lista para tener hijos o tener responsabilidades.
Ella desperdicia tiempo en salir de compras con sus amigas o haciendo cosas que a ella le parecían importantes.
La alarma sonó y mi esposa se puso de pie para poder apagarla.
--Buenos días Cariño--murmuró para tomar su bata y acercarse a la puerta del baño.
--Buenos días Cariño--mire al techo, pasando mis manos detrás de mi nuca --¿Te ducharas?--la mire de reojo haci la puerta.
--Claro que sí--dijo mientras asomaba su cabeza por la puerta--¿Tienes algún inconveniente?--me miró con una sonrisa.
--¿Podemos ducharnos juntos?--dije mientras me recargaba en mis hombros sin dejar de mirarla.
--Lo siento cariño, pero eso no será posible, tengo que ir con las chicas a primera hora al club, ponernos al día de todo lo que pasó Amelia en su viaje a Argentina--dijo mientras abría la llave del agua caliente.
--¿Entonces... Podemos desayunar juntos?--mire el techo.
--Ya te lo dije Tom, tengo muchas cosas que hacer con las chicas hoy-- dijo desde la habitación del baño--¿Lo comprendes verdad?.
--Si, no te preocupes, será otro día-- dije para girarame en la cama, para darle la espalda.
Realmente necesitaba un cambio o alguien que me ayude a sobrevivir a esta vida del matrimonio, ¿Supongo que todos los matrimonios son iguales al mio?.
Aun con el torso descubierto, un pantalón de chandal era lo que usaba para dormir, me puse de pie y salí de la habitación, camine por el pasillo hasta mi despacho en el primer piso.
Baje las escaleras y camine hasta mi despacho, abri la puerta y mire mi silla de piel negra detrás del escritorio de madera de cedro, camine hasta la silla, me senté y solté un suspiro.
Realmente necesitaba hacer algo con mi matrimonio, no podía rendirme y dejar que estos seis años se fueran a la basura.
--Adelante--conteste en un grito a los golpes de la puerta.
--Mi niño debes de cubrirte o te dará un resfriado--dijo la mujer de avanzada edad... Mi nana, quien entro con una pollera mía.
--Gracias Nana--una débil sonrisa se formó en mis labios, solo de ver a la única mujer que se preocupa de mi, aparte de mamá.
--Vamos hijo, debes de desayunar, todo está listo--me dedico una dulce sonrisa.
--¿Paullete no ha bajado a desayunar? --pregunte algo curioso.
--Hay Tom, es mas fácil que esa mujer se vaya sin arreglarse antes de desayunar contigo--hablo sarcástica.
Odiaba que fueran sarcásticos conmigo, pero nunca de nana, porque sabía que era la verdad, todo lo que ella dijera tenía sentido para todo.
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La Otra Cara Del Amor
FanfictionUn empresario exitoso de 40 años, Decepcionado del matrimonio, busca opciones para vivir el amor que tanto aneleho...