Capítulo 7

450 32 13
                                    

<< El momento más solitario en la vida de alguien, es cuando ve como su mundo se desmorona, y todo lo que puede hacer es mirar fijamente>> → Frases

.

.

Narra Camilo

El pueblo se ofreció a ayudarnos a reconstruir a Casita, nos tomaría un poco de tiempo, quitar los escombros y poder hacer una casa tan grande como lo era casita. 

El problema era que no teníamos donde quedarnos, por lo cual las personas se ofrecieron a darnos hospedaje hasta que casita estuviera lista.

 Nos distribuimos en 3 grupos, mi tía Julieta, mi tío Agustín, junto a sus hijas, estarían en la casa de los Gómez. Mi abuela, mi tío Bruno, en la casa de los Pérez. Y por último, mi familia y yo estaríamos con los Guzmán.

 Lo que quedó del día, nos pusimos a limpiar y quitar los escombros que quedaron de casita, y ver si podíamos recuperar algo de nuestras cosas.

 Caminaba entre tanto escombro, buscando si algo había sobrevivido. Encontré algo de ropa de varios de mi familia. Pase por donde se suponía que estaba mi cuarto, encontré algunas de mis ruanas en un estado favorable, y otra cosas. Dirigí mi vista a un objeto que brillaba en el suelo; era un pedazo de mis espejos, de este brotaba como un poco de ...magia?, todavía. 

Me vi en ese espejo roto, viendo mi reflejo. Suspire, era raro, ver mi reflejo sin que otra persona esté ahí. Me quedé viendo un rato, hasta que fruncí mi ceño, dado que el espejo empezó a reflejar otra cosa, era...

— Carlos...— susurré impactado, la magia se había ido y mi don con ella, como podía ser que él estuviera aquí, cuándo se supone que él también se tuvo que haber ido.

Él solo sonrío, con esa sonrisa que no me transmitía nada de confianza. 

Narrador omnisciente

— Camilo!, encontraste algo? — La voz de su hermana, lo saco del trance en el que estaba. El reflejo de Carlos se desvaneció, quedando únicamente el suyo.

— Eh?, ¡a si!, encontré algo! — Soltó el pedazo de vidrio, agarrando las cosas que encontró, y alejándose de ese lugar, con un malestar en la barriga. 

Le dio las cosas a su hermana, que lo llevó con las demás cosas que habían encontrado su familia. 

En todo el rato que ayudó a quitar los escombros de casita, no despegaba su mirada de donde había visto ese pedazo de espejo. ¿Por qué Carlos, no había desaparecido?, no entendía nada.

Con esa pregunta carcomiéndole la cabeza, llegó la noche, y habían avanzado una gran parte en casita, ya para pasado mañana empezarían a reconstruir. 

Junto a su familia, agradecieron a los del pueblo, que entre todos lograron reunir y recaudar comida y unas cosas para ellos. 

— De verdad muchas gracias por toda su ayuda, gente — Decía Alma con una sonrisa.

—  No agradezca, señora Alma, todo esto también es en agradecimiento por todo lo que han hecho su familia por el pueblo — hablo uno de los habitantes de ese pequeño pueblito. 

— Ya hacía falta un poco de agradecimiento hacia nosotros — Susurro Camilo, siendo Dolores la única que fue capaz de escucharlo, ya que estaba al lado de él, golpeándolo con su codo — Ay!, ¿qué? — Soltó el castaño, sobándose la parte golpeada. 

🦎 Crisis de identidad 🦎 | Camilo Madrigal |Donde viven las historias. Descúbrelo ahora