Amargo, café y soledad.

Parte 4 La pérdida de la esperanza.

La pérdida de la esperanza.

Creo que aquí se me hará imposible, por no escribir que se me hará doloroso escribir este capítulo, en fin, empecemos.

Recuerdo que la primera vez que me deprimí fue en la muerte de mi abuelo, hace 12 años (escribo esto en junio de 2022), mi abuelo fue mi figura paterna, es bastante doloroso recordar ello, me viene a la mente cuando jugaba con él a ser su médico, un día jugábamos a que lo estaba operando, recuerdo haberle dicho a mi abuela "lo tengo que operar, se va a morir sino" y el maldito destino es bromista, ese mismo día me lo arrebató la vida, ese fue el día en el que lo perdí todo.

La vida me negó una familia, me dió un padre golpeador y alcohólico, me dió una madre que tuvo que estar ausente por necesidad, se me otorgó un cuerpo que odio, siempre tuve miedos e inseguridades.

Recuerdo a la perfección que de mis cortos 17 años, solamente viví sin miedo hasta los 3 años, pues empezaban a abusar de mí en el kinder, destruyendo mi autoestima, vivir abuso desde los 3 años hasta los 15 años, desde el kinder hasta la secundaria, es horrible sentir que no tienes a nadie, que la vida solamente te trajo para reírse de ti, siempre tuve que soportar que la gente pase sobre mí, hasta día de hoy sigo intentando ser feliz.

Nací un 11 de marzo del 2005 a las 13:30 horas, mi madre una mujer que tuvo que soportar un marido golpeador, que la lastimó al punto de golpearla incluso embarazada, la vida me obsequió un hermano tres años mayor, el único amigo que tuve en mi niñez, crecí en el seno de una familia no pobre, pero tampoco acomodada, mi padre nos abandonó así que mi madre nos sacó adelante ella sola, una mujer guerrera, tal vez no perfecta pero tampoco la vida le sonrió.

Como toda familia mexicana eran católicos, se me programó con esa religión, recuerdo que en esa época fue muy dura, pues no tenía amigos, los que se decían amigos eran interesados, los recesos siempre los pasé solo, ver a los demás niños esbeltos jugar con otros fue duro, pues nadie me quería como colega.

En esa etapa mi imaginación empezó a florecer, hasta día de hoy sigo imaginando una historia tipo anime en mi mente, siempre he tenido una imaginación muy activa, bastante interesante para algunos y para otros una idiotez.

Los libros siempre fueron mis compañeros, era precioso leer como los demás sí eran felices, así encontrando la cosa que más me ha marcado, la poesía, la hermosa poesía, mi primer poema fue titulado "Mi luna" por desgracia a día de hoy ya no lo tengo, pero recuerdo que fue bastante bueno para mi corta edad, lo escribí con once años.

Llegó la secundaria, maldita época, fue el momento donde la vida más me quería joder, los preadolescentes son los que más dañan, querer crear una jerarquía de quien es el más fuerte o el más débil, a día de hoy sigo pensando en como sigo vivo después de tener que aguantar a cincuenta idiotas durante siete horas diario durante tres años, fue difícil, recordarlo me es tan malditamente doloroso, escuchar burlas a diario, aguantar los insultos, las burlas, los malos tratos, que si yo tenía un problema tendría que aguantar, pero si alguien me acusaba injustamente de algo, yo seria el culpable.

En la secundaria conocí a corrupción, las maestras eran mayoría en esa escuela, al momento de la directora subir al poder todo fue más mierda de lo que ya era, las mujeres tenían la capacidad de entrar sin importar su vestimenta, yo fui obligado a cortarme el cabello (la única parte que me gusta de mí), fui obligado a llevar un uniforme impecable, llevar zapatos incomodos por mi peso, cuando una niña me rompió mi mochila, tuve que recurir con amenazar a quejarme en la SEP de todas las injusticias que habían, solamente tuve justicia por una cámara de seguridad que milagrosamenta había.

Estaba harto, en la escuela tener que soportar a maestras idiotas que tenían su régimen de corrupción, donde la maestra que se burló de mi tartamudeo por ansiedad salió impune, donde tuve que aguantar tener que ser "masculino" pues vivo en un pueblo disfrazado de ciudad, donde si querían me podían lastimar, pero si me defendía yo era el abusador, tener que aguantar a gente tan mierda es horrible.

Llega la pandemia, se lee horrible pero fue la mejor época, no tenía que ver a mis idiotas compañeros, no tenía que escuchar sus gritos, su molesta manía de hacer desmanes, por fin estaba solo en mi cuarto, con mis libros, música que amaba y no vulgar, por fin estaba en paz...

Pero la paz no fue perpetua, llegaron demasiadas inseguridades a mi cuerpo con la edad, pasaron los días, meses y al final me di cuenta que no estaba solo, me sentía solo, cuando te sientes en soledad es peor que estarlo, la gente que se decía mis amigos se fueron, los que fueron mis colegas me abandonaron, recuerdo que mi cumpleaños fue justo el día que salimos por la pandemia, nadie llegó, pasan los meses y nadie me buscó, estaba solo, empecé a tener problemas para dormir, comer, me importaba poco y menos mi cuerpo, solamente quería desaparecer, estaba cansado de todo.

Encontré en la escritura una vía libre para ser feliz, tener mi catarsis por fin... ser consciente que estás mal es parte de sanar, no siempre tienes que poder con todo, el reprimir mis sentimientos causó que me volviera agresivo, me enojaba por todo, no daba entrada a los demás a mi vida porque sentía que en el fondo tenía miedo de que se irán de mi lado inevitablemente...

Lágrimas...

Empiezan en las ventanas del alma,

Caen por las arrugas de una sonrisa antigua,

Caen y se pierden en la existencia.

Liberan el alma,

Limpian cada pena,

Pero también te lo recordó,

Ese momento que te lastimó.

Ese dolor que sentiste,

Cuando te entregaste en todos sentidos,

Esos sueños no logrados,

Esas noches añorando una estrella presente.

Cuando solamente te usaron vilmente,

Cuánto dolor has cargado,

Cada noche que haz llorado,

Cada gota cayendo tristemente.

Las noches esperando,

Los días pensado,

Cada vez que lo aguantas,

Cuando no quieres sacarlas.

Pero solas se liberan,

Simplemente no se contienen,

Todos las odian,

Pero pocos las entienden.

Limpian el alma en totalidad,

Roban la tristeza para obtener libertad,

Huyen con lo malo con las penas,

En la existencia son las únicas sinceras.

Autor: una persona agobiada.

Tal vez la vida se ha encargado de mantenerme en una perpetua soledad, con la negativa de sacar a las personas que dejé entrar a mi vida, yo siempre dando todo por todos los que no dieron nada por mí...

Orson Welles dijo: "Nacemos solos, vivimos solos, morimos solos. Únicamente a través del amor y la amistad podemos crear la ilusión momentánea de que no estamos solos".

Tiene razón, estamos solos en esta vida, solamente nos tenemos a nosotros mismos...

Pablo Neruda nos dio esta reflexión hermosa "La vida sigue, dicen, pero no siempre es verdad a veces la vida no sigue, a veces solo pasan los días".

Solamente pido a la vida, que me deje ser feliz, con o sin nadie, pero que ya no me niegue esa parte tan humana de ser feliz

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