II

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EL LEPROSO. 

Hace 6 años. 

Hienrich y yo somos muy amigos en la escuela primaria, mejor dicho somos mejores amigos desde que llevábamos pañales. Siempre nos hemos visto crecer y desarrollar, yo a él siempre le he tenido mucho aprecio. En la escuela, él era mi único amigo, bueno, tenía más amigos, pero él era el que siempre ha estado ahí cuando lo he necesitado. También en la escuela, Hein no sacaba buenas notas, no cumplía con la vestimenta, es decir nunca llevaba el uniforme, no estaba atento a las clases y siempre se dormía y por ello nunca deje de ser su amigo, porque yo era todo lo contrario, aunque mis padres me dijesen que dejará de ser su mejor amigo, yo siempre le decía a mi padre que a Hein, nunca le iba a abandonar, porque mis padres, mejor dicho mi padre, no lo conocían muy bien, él siempre ha sido una gran persona y muy inocente, que aunque sea un dejado.

Por otra parte lo que ellos no sabían o mejor dicho no se daban cuenta era que siempre intentaba impresionarlos, intentando sacar buenas notas, pero siempre tenía a mi lado a la chica sobresaliente, exacto, mi hermana. No me molestaba que fuera más inteligente que yo, lo que me molestaba es que siempre me comparaban con Hein.

—Si sigues siendo amigo del tonto, al final te convertirás en él —dijo mi padre y yo solo miro a los ojos, en ese momento la rabia me estaba consumiendo—. No entiendo que de especial tiene el leproso de tu amigo, para que no dejes de serlo—mi padre siguió, hasta que ya me canse de sus malditas palabras.

—Padre, nunca dejaré de ser su amigo, por mucho que me lo digas. Él es mi único amigo que tengo en la escuela y no quiero perderlo. Aunque sea un dejado, el hace lo que sea para que yo sea feliz, también hay veces que él intenta esforzarse.

—Esforzarse, él —dijo con ironía—. Estarás bromeando hijo. Él nunca ha movido el culo para ver el esfuerzo que hace su familia para que pueda estudiar apretó mi puño contra mi palma—, lo único que es tu 'amigo', es ser un desgraciad. Sabes, te recomiendo que vayas con el grupo de amigos de Friedrich, porque ellos sí que te los mereces y te merecen, porque ellos si te valorarán.

—Eso es lo que crees, en serio —le grito—. De verdad que ellos son mejores personas que Hein. Sabes estás muy confundido padre, ellos no son ni la mitad de buenos que Hein —le espeto muy enfadado, me voy de su despacho y me dirijo a mi cuarto.

Y fue ese día, en el cual la relación entre mi padre y yo dejo de ser la misma, no es que tuviéramos la mejor relación padre e hijo, pero al menos nos soportábamos, ahora ya ni eso. Una parte de mi estaba orgulloso de dar la cara por él y a mi padre.

* * *


Hein y yo nos encontramos en la puerta principal de la escuela. Él me estaba esperando apoyando su espalda en uno de los muros del recinto.

—Venga que siempre llegas tarde capullo.

—Perdona, pero, ¿Quién es el que te salva el pellejo? —arqueo una ceja y le doy un pequeño golpe en el hombro. 

—Venga vamos a dentro.

Le seguí hasta la clase, estuvimos hablando sobre gastarle una broma a una profesora. Al llegar a nuestro pasilla, nos encontramos al grupito de Friedrich. Nos estaban mirando como si fuéramos unos raritos. Al segundo, veo que Friedrich se acerca a Hein, yo en ese momento, sabía que esto no iba a ser como siempre y que iba a acabar con otro desenlace. 

—Mira quien está aquí, el leproso. ¿Qué tal te va en la escuela? —le dice uno del grupo de Friedrich. 

—Es mejor que te calles la puta boca —le suelto al imbécil de Friedrich, Hein solo me estaba echando una mirada de que lo deje estar.

¿DÓNDE ME ENCUENTRO? (#1 Bajo el mismo círculo)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora