Derek, un chico que no le encuentra sentido a su vida desde hace muchos años y en sus sueños aparecerá un monstruo creado por su imaginación.
Stella, una chica francesa que intenta no cometer el mismo error del pasado.
Él tan cabezota.
Ella tan so...
Cuando entro en mi habitación, me voy directo a mi cama. Me tiro rendido en ella, después de negarme a hablar con mi madre. Me pase un brazo por detrás de la cabeza y el otro lo puse en mi abdomen, alce mi mirada y la clave en el techo. En ese momento empecé a recordar los momentos en los que Hein y yo estábamos juntos, todo aquello eran recuerdos y de una manera o de otra me herían por dentro, no sabía la razón. Pero verlo en mis recuerdos sonreír era lo mejor de toda la mierda que cargaba detrás mío cada día.
Cuando era pequeño, alrededor de los 6 años, siempre me prometí que le haría feliz a Hein sin importar el costo y sin recibir algo a cambio, él siempre fue mi prioridad más importante, era el único que me hacía ser importante, aunque él no supiera exactamente lo que pasaba por mi casa, se hacía a la ida ya que cada día aparecía con un hematoma nuevo o con algún moratón en la cara. Yo nunca le dije nada, porque tenía miedo a como reaccionase, pero al parecer él nunca me dejo de lado al ver mis marcas de color morado en mi piel.
Después de que Hein me dijera lo que le sucedía, ahora tenía más que pensado que lo que le queda de vida iba a estar con él sin importar las consecuencias, tenía que recuperar todo el tiempo perdido.
Chat con Hein
Derek: Hermano, mañana quiero que prepares las cañas de pescar y los mejores gusanos. Porque mañana haré la mejor marca, como hace seis años 😏.
Hein: Ni de broma. La mejor marca la conseguiré yo.
Derek: ¿Eso piensas?
Hien: Pues claro. Que piensas, que me vas a patear de nuevo el culo.
Derek: Pues estás en lo cierto.
Hein: Pues sigue soñando amigo.
Derek: Mañana lo veremos. Gute Nacht.
Hein: Du ach.
Igualmente
Apagué el móvil, lo puse en la mesilla y cerré los párpados.
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Estaba nervioso, iba a ser mi primera noche en la que iba a estar rodeado de multitud de gente, solo esperaba a que mis nervios no me hicieran fallar mis dedos, porque si fallaba todo se iría a la mierda.
Se oía a demasiada gente, me alegraba que hubiera tanta gente que me apoyase que casi lloré de la emoción.
—Derek, ¿estás preparado? —pregunto mi mánager.
—Bueno...estoy muy nervioso.
—Mírame —la miro—. Eres excelente y aunque sea tu primera vez todo va a salir muy bien. Confía en ti y ahora sal.
—Muchas gracias.
Antes de salir me paré y sacudí todo mi cuerpo para liberarme de los nervios y he de decir que eso me ayudo demasiado. Ya estaba preparado para salir, pero de repente sentí una mano en mi hombro y el tacto se me hizo familiar. Después de sentirla me desvanecí.
