Capítulo 2: Hada del engaño

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Siempre me ocurre lo mismo

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Siempre me ocurre lo mismo. Me levanto con tiempo de sobra para acudir a la hora pero, inevitablemente, me despisto con cualquier cosa y llego tarde. No recuerdo haber sido puntual ni una sola vez en mi vida. Es un mal hábito y llevo intentando corregirlo desde siempre. Corro a toda prisa por el jardín de la escuela, buscando con la mirada el cabello con tintes púrpura de Melody. Hemos quedado en unos minutos y sé que estará nerviosa si no llego a tiempo, así que trato de acelerar el paso. ¡Esta maleta pesa demasiado!

No conozco muy bien Alphea, a pesar de lo popular que es el internado por llevar formando a hadas en las artes mágicas desde hace años. Aquí estudiaron mi madre y mis hermanos, y en el edificio de los Especialistas, mi padre. Llevan contándome historias sobre sus aventuras en la escuela desde que era pequeña pero nunca les escucho con atención. Ahora me estoy arrepintiendo enormemente de no haberlo hecho. Quizás, en sus anécdotas, describían dónde estaba la puerta de entrada y podría encontrar a Mel.

Casi me estrello contra una rubia altiva que se está haciendo una foto con otras chicas pero la esquivo a tiempo. Creo que voy tan rápido que puedo haber pasado frente a Mel sin saberlo. Que desastre, seguro que está preocupada por mí... Es que no sé ni donde estoy. Ya podrían poner indicaciones para los nuevos.

—¿Eres estúpido o que te pasa? —espeta una voz femenina.

Afortunadamente, no se dirige a mí. Aun así no puedo evitar enfocar mi mirada en la chica bajita de cabellos caoba con pinta de hada malvada que llama la atención a un chaval mucho más alto que ella. Deduzco de su reprimenda que ambos se han chocado accidentalmente. Les observo discutir y me sorprendo con ella: tiene mal carácter, es agresiva, y ese maquillaje tan nocturno de tonos negros, morados y grises le dan un aspecto de villana.

Veo el trato tan denigrante que le da al chico y me enervo. El otro, al principio conciliador y luego adoptado un semblante mosqueado, frunce el ceño y cruza los brazos estudiando a la chica de arriba abajo. La está retando con la mirada y aseguraría que se contiene lo que de verdad quiere decirle.

—Ya te he pedido disculpas —oigo que le dice–. No voy a hacerlo otra vez, pesada.

—Esta claro que no tienes ni idea de con quién estas hablando, idiota —alardea la borde. Menudos aires de prepotentes trae esta. No soporto a la gente así.

—Ojito con esa lengua, malhablada.

La manera en la que él le llama la atención me produce una ligera risa, aunque automáticamente me tapo la boca y finjo mirar hacia otro lado. Espero que no me haya escuchado, no quiero tener a esa loca de enemiga yo también.

—Disculpa, ¿te acabas de reír de mí?

Vaya, pues me ha oído. La miro y doy un respingo al sentir sus ojos, tan oscuros como el anochecer, fulminarme. Debato mentalmente si vale la pena enfrentarse a ella y buscarme problemas el primer día. Finalmente, decido que de perdidos al río. Simplemente, no me puedo contener.

·𝑬𝒎𝒑𝒂𝒕𝒉𝒚 & 𝑰𝒍𝒍𝒖𝒔𝒊𝒐𝒏𝒔 ·  ✨ꜰᴀɴꜰɪᴄ ꜰᴀᴛᴇ: ᴛʜᴇ ᴡɪɴx ꜱᴀɢᴀ✨Donde viven las historias. Descúbrelo ahora