Capítulo 5: ¿Has tenido un mal día?

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Agarro con fuerza la mano que me ofrece Sky, sus ojos azules me siguen reprochando lo que acabo de decirle pero a mí me da igual

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Agarro con fuerza la mano que me ofrece Sky, sus ojos azules me siguen reprochando lo que acabo de decirle pero a mí me da igual. Me ayuda a levantarme de la tarima negra en la que, tras un despiste mío combinado con mi falta de reflejos hoy, he acabado tumbado por él. Suelto un suspiro de exasperación y miro únicamente al suelo. ¡Qué día de mierda!

Llevo desde las siete de la mañana despierto porque para hacer el trecho que hay entre mi casa y la escuela tengo que ir caminando y se tardan dos horas. Ni he desayunado porque la mierda de alarma sonó tarde, tampoco he podido traerme las suficientes botellas de alcohol para soportar este infierno ni por el camino lo he pasado bien. Un animal salvaje me asustó y se puso a perseguirme, a punto de despeñarme por un precipicio por su puta culpa. ¡Maldita naturaleza!

—No necesito ninguna charla de hermano mayor —le advierto irritado antes de que comience su sermón en el que hace una argumentación de que no debería beber ni fumar. Soy libre de hacer lo que quiera con mi cuerpo, que le den—. Emplearías mejor tu tiempo si simplemente me ayudaras a soportar esto y a que Silva no me eche.

Acepto que me supere en todo lo que hacemos, desde un combate cuerpo a cuerpo hasta una partida de cartas. Acepto que sea el más guapo del dúo que formamos y por lo tanto se lleve a las mejores chicas. Acepto su amistad y casi más que amigos somos hermanos pero no admito que se convierta en un aguafiestas, una especie de protector al que le deba todo y al que tenga que obedecer. Lamerle el culo como lo hacen todos los demás es algo a lo que no estoy dispuesto. Yo no tengo dueño y nunca lo he tenido, así que nadie va a hacerme cambiar nunca.

Bajo de la tarima de un salto con la bolsa de ropa de cambio en el hombro y un cigarrillo listo para prenderlo en cuanto me fuese de aquí. Nuestro entrenador, Silva, se acerca a los nuevos para darles la habitual charla de que se van a tener que dejar la piel y toda su alma en el entrenamiento todos los días por el bien y la protección de Alfea de grandes peligros. La verdad que el año pasado cuando lo escuché me produjo otra impresión. Estaba más ilusionado y veía todo de manera menos indiferente de lo que lo hago ahora. Un año en Alfea y te das cuenta de que no todo es como te lo cuentan.

Como no, hace el numerito de que su mejor guerrero en ese momento muestre sus habilidades para “motivar” al alumnado y Sky se la devuelve con gracia y estilo. Obviamente mi amigo no es tan bueno para superar a Silva y, al instante, el rubio se queda sin armas y recurre al puñal, el caso de emergencia. Observo las caras de ánimo de los nuevos: desean ser igual de buenos, quieren ser extraordinarios. Resoplo con asco y decido ir a por la persona que me ha despistado antes.

—Pelo multicolor —le digo medio sonriendo—. ¿Cómo tú por aquí?

Melody, la chica de esta mañana de pelo de color morado, pega un respingo y asustada se gira hacia mí. Estaba con una chica morena de piel y de cabello ondulado colocando algunos palos en su sitio. Las había visto antes tirándolos torpemente por todo el campo y ahí es cuando Sky aprovechó y me quitó el arma. Una distracción muy bonita, no lo negaré.

·𝑬𝒎𝒑𝒂𝒕𝒉𝒚 & 𝑰𝒍𝒍𝒖𝒔𝒊𝒐𝒏𝒔 ·  ✨ꜰᴀɴꜰɪᴄ ꜰᴀᴛᴇ: ᴛʜᴇ ᴡɪɴx ꜱᴀɢᴀ✨Donde viven las historias. Descúbrelo ahora