El refugio Potter |The Cupboard Series 3|

Capítulo 1

"Lo siento, Hermione," susurró la más querida de las voces.

Se registró un ligero toque en su mejilla y levantó la mano, sus dedos rozaron ese lugar. Lentamente, sus ojos se abrieron y frunció el ceño. Él no estaba allí, cerniéndose sobre ella como ella había imaginado. La voz, el beso, debe haber sido nada más que un sueño. Otro de esos sueños, pero uno que se sentía infinitamente más real.

Girando la cabeza, Hermione Granger distinguió la frenética actividad en el pasillo entre las plataformas nueve y diez en la estación de King's Cross más allá de los mechones de su tupido cabello castaño. La gente de todas partes estaba apurada. Muchos se estaban poniendo de pie lentamente o ayudando a otros a ponerse de pie. Un par de aurores vestidos de rojo parecían estar a cargo y reuniendo a todos.

Sus cejas se fruncieron en concentración mientras pensaba en lo último que recordaba.

Ella, su mejor amigo Harry Potter y sus amigos no habían tardado en llegar a King's Cross desde Hogwarts. Habían pasado a través de la barrera donde Harry había sido apartado para encontrarse con la familia del pequeño Colin Creevey mientras ella iba a buscar a sus propios padres.

Recordó que Harry se unió a los tres y luego pidió hablar con ella en privado. Fuera lo que fuera lo que Harry había querido decir, lo tenía extremadamente nervioso. Ni siquiera podía mirarla a los ojos al principio y ella se preguntó, no esperaba, que finalmente le haría la pregunta que había estado esperando pacientemente durante la mayor parte del año.

Y luego, justo cuando parecía que finalmente había reunido su coraje, Dumbledore los interrumpió. ¡Dos minutos! ¡Solo dos minutos más! Si les hubiera dado tanto tiempo, ella lo habría sabido. En cambio, el Director se había quedado allí, sin permitirles la privacidad y el tiempo que necesitaban.

Y entonces todo pareció ir directo al infierno.

Dumbledore había agarrado a Harry y trató de arrastrarlo detrás de un pilar para aparecerse a los dos en la casa de la tía y el tío de Harry. Un lugar al que Harry nunca debería ir y no solo por la forma en que lo trataban. No, era mucho peor que eso. Hace casi un año, sin darse cuenta, Harry había hecho un voto mágico en el que decía que renunciaría a su magia si pasaba otra noche en Privet Drive con sus familiares.

Dumbledore lo sabía. Pero por alguna insondable razón, había decidido ignorarlo.

Harry luchó contra el director, pero no sirvió de nada. Había visto a su padre dirigirse hacia la pareja que luchaba, pero antes de que los alcanzara, la magia de Harry había explotado.

Hermione recordó un intenso destello de luz roja antes de salir volando hacia atrás. Levantándose sobre sus codos, ahora podía ver que estaba a más de diez pies de donde había estado por última vez. Fuera lo que fuera lo que Harry había hecho accidentalmente, definitivamente era poderoso.

Sus ojos se abrieron cuando vio un montón de túnicas moradas y doradas tiradas en la base de un pilar. Dumbledore parecía estar inconsciente.

"Hermione, cariño, ¿estás bien?" preguntó su madre, cayendo de rodillas a su lado.

Ella asintió. "¿Dónde está Harry?"

Los ojos de su padre la recorrieron, obviamente buscando heridas antes de responder. "No estoy seguro. Creo que lo vi salir corriendo de la estación, pero en toda la confusión, no estoy seguro. ¿Quién era ese hombre y qué estaba tratando de hacerle a Harry?"

" Ese era nuestro director, el profesor Dumbledore y estaba tratando de llevar a Harry con sus familiares", respondió Hermione con veneno.

Los ojos de su madre se entrecerraron. "¿No volver a esas personas que lo encerraron en su habitación el verano pasado?"