14.─ »

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- JongSeong no creyó posible que la noticia doliera tanto como lo hacía. Bahiyyih, una joven concubina, estaba embarazada.

No tenía derecho a que le doliera, pero lo hacía. Y para pesar de Daniel, su estómago volvió a cerrarse por días. HeeSeung no había hecho ningún comunicado sobre la noticia, no se anunció siquiera un día de celebración. Pero eso a Jay no le interesaba en lo más mínimo. En realidad, su preocupación nacía en ¿Por qué los dioses la bendecían a ella y no a él? Su corazón seguía prácticamente destrozado por la pérdida, y la noticia lo había golpeado con fuerza. Si Bahiyyih le daba un niño a HeeSeung, entonces él no sería más que una burla.

Apretó las manos contra el marco de la ventana y dejó escapar un suspiro agotado. Su recuperación física, era ya completa, pero aún se sentía agotado. Sabía que eso tenía mucho mas que ver con su corazón que con su estado físico.

Las puertas de su habitación se abrieron con un crujido. Se extrañó, porque Daniel solía llamar respetuosamente, más no se sorprendió hasta que unos firmes brazos rodeaban su cintura.

─ Mi amado ─ susurró HeeSeung colocando la cabeza entre su cuello.

─ Mi señor ─ respondió Jay en el mismo tono bajo ─. ¿Qué hace usted aquí? ─ preguntó dejando entrever su sorpresa.

─ Mi corazón me trajo hacia aquí.

Jay sintió calor en el rostro, y tuvo que reír suavemente para ocultar que semejantes confesiones, aún lo ponían completamente nervioso.

─ Felicidades, mi señor. Las mujeres hablan de su futuro príncipe ─ comentó devolviendo a su rostro la seriedad.

HeeSeung lo volteó con velocidad y lo apretó con aún más fuerza contra su cuerpo.

─ No ha habido nadie después de tí.

─ No merezco ningún tipo de explicación, mi señor. Usted es dueño de su hacer.

─ Prometo darte muchos príncipes.

Jay sintió sus ojos llenarse de lágrimas, y tomó un puñado de la camisa de HeeSeung entre sus manos.

─ Mi señor, por favor, no ─ susurró.

─ Lo juro ─ afirmó.

─ No ha habido entre nosotros más que juramentos sin cumplir ─ gimoteó.

─ Lo juro, JongSeong. Mi regocijo solo vendrá con los niños que nazcan de tu vientre.

─ No diga eso, mi señor. Ese bebé es también su hijo.

─ Y sin embargo, tú eres al único que amo.

Jay acarició suavemente las mejillas de HeeSeung. Él realmente lo amaba, y JongSeong sabía en su corazón, que él también lo hacía.

─ Mi señor, siempre guardaré el deseo de llevar un hijo suyo, pero ahora mismo... ─ confesó ─. Yo no deseo nada más que su cariño

─ No te preocupes, JongSeong ─ susurró ─. Mi corazón te pertenece.

Las manos de HeeSeung sobre su piel, se sintieron como caricias a su alma. Jay se avergonzó momentáneamente, porque aquel no era el lugar para ese tipo de cosas, y porque aún era temprano en el día. Sabía que los podrían oír, y si bien para HeeSeung no era algo de importancia, a él, lo llenaba de nerviosismo. Claramente, el hecho de haber dejado pasar tanto tiempo desde la última vez, no ayudaba a sus nervios.

HeeSeung lo desnudó con suavidad y delicadeza, besando cada parte de su piel que quedaba expuesta a su vista. Jay era completamente débil ante sus caricias, sabía que pasara el tiempo que pasara, siempre estaría dispuesto a entregarse a él.

𓏲  𝗛𝗶𝘀. ! #𝗛𝗲𝗲𝗝𝗮𝘆.﹆Donde viven las historias. Descúbrelo ahora