- Jefe, trajimos nuevos perros. - anuncio el gran hombre de calva brillante.
- Perfecto, ya me estaba aburriendo - respondió la joven de traje rojo.
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Contenido Explícito
Drogas, Sangre, Violencia
Raelle G!P
- ¿Por qué lo hiciste? - la rubia fue la primera en hablar, enojada y encarando a la morena.
- Porque te necesito aquí, conmigo - se empezó a acercar.
Antes de que Raelle se pudiera dar cuenta, Abigail ya tenía sus brazos rodeando su cintura y su respiración la podía sentir en sus labios.
- Si, claro, por eso me metiste a una pelea - sus manos vagaban por el pecho de la morena, a la vez que veía un poco los ojos contrarios para volver a sus manos.
- Es nuevo, ni siquiera sabe porque esta aquí - su tono se volvía suave, jugueteando la playera de Raelle.
- ¿Como yo cuando apenas llegue? -
Abigail no decía nada, se proponía a ver el piso de azulejo, a la vez que sentía a la rubia tensarse.
- Sabes que tú eres diferente - se acercaba nuevamente, esta vez a la curvatura entre el hombro y la cabeza, para lograr darle un beso en la mandíbula.
Siguiendo el recorrido, adentrando más sus manos y sintiendo las contrarias sostener su cuello.
Había extrañado tanto esa parte.
Su mano rozo la hebilla y fue cuando acabo la magia.
- No, tu me sacaste, ahora tienes tu consecuencia - la empujaba de los hombros y se alejaba con dirección a la puerta.
- Tu te quedas conmigo - su impulsividad le había ganado, nuevamente, causando que su mano envolviera el cuello de la rubia.
Lo que nunca presenció fue lo que más la había asustado, justo frente a sus ojos.
Raelle le gruño, en su mecanismo de defensa, mostrando sus colmillos.
- ¿Por qué te crecieron? - tocaba los dientes con delicadeza a la vez que veía los ojos azules.
- ¿No pudiste salvarme pero no puedes dejarme ir? - reía burlonamente, mostrando aún más sus colmillos.
- ¿Vas a responder? - apretaba la quijada, la mandíbula marcada por el esfuerzo, demostrándole a Raelle que había tenido razón.
- Me dieron otra dosis - se soltaba del agarre, acomodaba su ropa y se dirigía a la puerta
- Te veo en dos meses, Bellweather - cerraba la puerta.
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- Tu nueva rutina empieza mañana - aventaba su saco, guardaba el arma en su estuche y avanzaba al cuarto.
Después de estar unos minutos con Porter, Scylla decidió llamar a Raelle e irse directo a su casa para empezar el nuevo plan de ejercicio para la rubia.
- ¿Escuchaste? - Volteaba a verla, aún logro captar su mirada perdida y sus manos un poco rojas por frotarlas tanto. Sabía que pasaba algo.
- Si escuché - metía las manos a sus bolsillos y alzaba su vista para llegar a ver a la castaña frente a ella.
Scylla tomaba su cuello, aún sin collar, y examinaba aquellas marcas al rededor de su cuello y una en su mandibula.
- ¿Fue Bellweather? - buscaba los ojos contrarios, aunque estos evitaban el contacto, eso le dió más indicios de su pensamiento.
- No importa - se movía para soltarse de la castaña y se iba al cuarto donde tenía su cama.
Scylla sabía algo, Abigail había tenido una relación más estrecha que Dueño - Mascota con aquella rubia y ella, aún sin saber porque, se había molestado.
Pero algo era seguro, al decir públicamente que ella había depositado confianza en Raelle, le revolvió un poco las ideas a la chica.
Solo faltaba un poco de tiempo y tendría toda la verdad.
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