quiero sentir placer... papi - parte III

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Era de noche, Betty y yo acabamos de llegar de la empresa. Nos encontrábamos recostados en el sofá mientras que mi princesa me daba pequeños besos.

— ¿Tienes sueñito papi? — preguntó luego de separar nuestros labios.

— solo un poco, no te preocupes hermosa.

— ¿Quieres más besitos? — yo sonreí y asentí con mi cabeza.

Ella junto de nuevo nuestros labios, sus manos fueron a mis mejillas y las mías a su cintura, la acerque más a mi cuerpo y cuando menos pensé, ella ya estaba encima de mi, besando lujuriosamente mis labios.

— ¿Quieres ir a la habitación, hermosa? — pregunté mientras que dejaba pequeños besos por su cuello.

— si papi, si quiero.

Yo sonreí y en un movimiento rápido me levanté del sofá con ella en brazos, subí las escaleras lo más rápido que pude y al llegar a la habitación, me senté sobre la cama dejándola sobre mis piernas.

Ella rodeo mi cuello con sus brazos y yo su cintura para poder acercarla más a mi cuerpo, o bueno, a mi erección.

— tienes un problema papi — dijo mirándome a los ojos — ¿Como lo soluciono?

— mueve tus caderas princesa.

— ¿Así?

Ella empezó a impulsarse y a moverse de adelante hacia atrás. Yo apreté con fuerza su cintura y suspiré.

— ajá, así está perfecto

Sus ojitos están conectados con los míos y se que me mira con mucho deseo.

— ¿Puedo quitar tu blusa?

— si, papi.

Ella alzó sus brazos y así pude deshacerme de la prenda, dejándola solo en su brazier. Ella empezó a desabotonar mi camisa sin detener sus movimientos y cuando está ya no se encontraba más en mi piel, hice que se detuviera.

— ¿Ya no quieres más, papi? — ella formó un puchero y yo reí.

— no es eso. Quiero que te levantes.

— ¿Por qué? — dijo frunciendo sus cejas.

— no hagas tantas preguntas, Elizabeth — ella rodo sus ojos, se que no le gusta que la llame así pero a mí tampoco me gusta cuando hace gestos feos, entonces dejé una palmada en su muslo.

Se quejo pero de todas maneras se levantó quedando frente a mí.

Mis ojos recorrieron su cuerpo y mis manos fueron al broche de sus shorts. Dejé que estos cayeran al suelo y así pude mirarla a sus ojitos.

Una de mis manos fue a su trasero y la otra en medio de sus piernas, en busca de su humedad... Empecé a tocar sobre su ropa interior y ella suspiró.

Un pequeño gemido se escapó de sus labios haciéndome sonreír.

—¿Te gusta, pequeña?

— si papi.

Aleje mis manos para ponerlas en el borde de sus bragas, las cuales bajaron por sus piernas. Me arrodille en el suelo, quedando frente a ella.

— ¿Que vas hacer, papi?

Empecé a dejar pequeños besos por su abdomen mientras iba descendiendo hasta llegar a su humedad.

Mi lengua jugo con su clitoris y ella en respuesta se aferró con fuerza a mi cabello. Sus gemidos salían como locos de sus labios y sus dedos apretaban mi cabello, causándome algo de dolor pero podía soportarlo.

One Shots - BugheadDonde viven las historias. Descúbrelo ahora