Kim Jongdae ayudó a su abuelo a entrar en una área exclusiva del Museo Nacional de Corea donde estaba trabajando en un proyecto interdisciplinario. La razón por la que había llevado al anciano se debía a que había sido parte de varios eventos históricos importante para la historia nacional. Entre todo lo vivido estaba incluida la invasión japonesa a la península. Su abuelo no sólo los acompañaba por sus increíbles experiencias personales, existía otra razón. Entre las cosas que se habían encontrado en una de las expediciones en el estrecho de Corea estaban documentos que Jongdae reconoció de inmediato por la inconfundible letra de su abuelo. Además, objetos que él aseguraba haber perdido tras el ataque del barco en el que viajaba a Japón. Sin dejar de ser profesional, el historiador decidió confirmar sus sospechas e hizo una solicitud formal para confirmar sus sospechas. Él no podía llevar los descubrimientos a su casa. por lo tanto decidió llevar a su abuelo para que analizara con ellos los valiosos objetos.
Cuando su petición fue aprobada sus compañeros se emocionaron. No todos los días podían conocer a un personaje tan simpático que, además, podía proporcionarles importante información para sus estudios. Tenían la esperanza que la visita fuera una fuente fidedigna que pudiera confirmar algunas de las teorías que habían estado formulando alrededor de todos los objetos que habían logrado recuperar con sus equipos tanto en mar como en tierra. Jongdae colocó su identificación en el escáner para tener acceso a las oficinas y a los laboratorios de estudio. Empujó entonces la silla de ruedas, cortesía del museo, y el anciano fue recibido con mucha cordialidad. Después de muchas formalidades, el hombre no pudo evitar hacer una broma.
–Creo que estoy muy viejo para colaborar con una investigación tan importante– comentó seguida de una risa graciosa. –Más bien parezco una pieza de exposición arqueológica– algunos de los presentes no pudieron evitar reír por sus palabras.
–Mi abuelo me ha contado toda la vida leyendas y experiencias, desde que yo era muy niño– explicó Jongdae. –Él es la razón por la que soy historiador, me apoyó cuando decidí estudiar la carrera y es mi fuente favorita de conocimiento. Ha pasado por mucho a lo largo de su vida. Es por eso que hoy lo he traído con nosotros.
–¡Ya lo dije, soy patrimonio nacional!– más risas se escucharon.
–Abuelo. Creo que mi equipo encontró algo que te pertenece. Necesito que lo confirmes.
–¿Algo que me pertenece? Sé que estoy viejo, pero dudo mucho que algo en sus excavaciones sea mío.
–Lo encontramos en el mar, abuelo. Los restos de un barco y los objetos que estaban a sus alrededores. Creo que eres la única persona que puede reconocerlo, ya que hiciste muchos bocetos y te sabes de memoria la inscripción.
Jongdae se adelantó y le entregó la joya guardada cuidadosamente en una caja transparente. Un silencio incómodo inundó la sala. La expresión del anciano cambió considerablemente así como el ambiente. El hombre miró el anillo no dijo nada por un largo rato. Un par de personas carraspearon. Finalmente, una de las compañeras se acercó hasta el invitado y su nieto y preguntó si todo se encontraba bien.
–Tu abuelo está llorando– le susurró al historiador al oído.
–¿Qué? ¿Abuelo estás bien?
–¿Quién iba a pensar que algo que regalé en 1912 iba a recuperarlo en 1991 estando viejo y arrugado?
–¿Regalaste el anillo? ¿Es el que pertenecía a tu familia?
–Efectivamente. Me lo dio mi madre. Había estado en la suya por generaciones– el hombre se limpió una lágrima y respiró hondo. –Estoy muy viejo para esto.
–¿Quieres regresar a casa?
–Creo que puedo contar una última historia, ¿sabes? De todas formas, esta nunca te la había contado antes. Sería un desperdicio olvidarla, especialmente cuando el anillo está aquí.
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Naufragio ║Kaisoo ║Kaisoo Fest: Retro Love ║ The 90's
FanfictionKim Jongin y Do Kyungsoo se encuentran en un barco en medio de la invasión Japonesa a Corea. Kim se dispone a ir al país vecino para estudiar y hacer contactos. Do tiene una misión. En medio del camino un encuentro casual y una situación accidentada...