Encerrados en el camerino, los dos jóvenes hablaron toda la madrugada. En primer lugar tuvieron un problema para acomodarse para dormir. Jongin se negaba a dejarlo en el piso, pero no podía ofrecerle su propio espacio y no podían compartir lecho. Eso era arriesgarse demasiado en todo sentido. En medio de sus arreglos, terminaron hablando y luego discutiendo de sus respectivos conocimientos sobre la situación de Corea con respecto a la invasión japonesa. Eso sólo terminó en una acalorada discusión que terminó manteniéndolos despiertos toda la noche.
–Es por eso que la mayor parte de las tierras coreanas terminaron en manos del imperio. Nuestra gente se muere de hambre en su propia casa, ¿eso te parece correcto?– inquirió Kyungsoo indignado.
–Yo no sabía que esa ley se estaba aplicando de esa manera– contradijo Jongin enseguida. –Tienen una organización militar superior a la nuestra. Lo lógico sería ganar con la palabra y no con la fuerza. Es posible solucionar todo de forma pacífica si...
–¡No! No es posible y no lo entiendes No puedes intentar resolver las cosas de forma diplomática si desconoces la práctica por sí misma. No sabes ni qué leyes están afectando a tu país, ¿a qué acuerdo vas a llegar con un pueblo de líderes sanguinarios que quieren apoderarse de todo? La única razón por la que te reciben con los brazos abiertos es porque tu padre seguramente pagó una comisión altísima por tu seguridad. ¿Y sabes de dónde sale el dinero de la nobleza? De la gente. De los tributos. De su sufrimiento.
–Es que estoy cansado de esto. ¡Lamento haber nacido en una familia de la nobleza! ¡Lamento tanto haber estudiado y tener el apoyo del dinero de mi padre! ¡Lo siento mucho! Yo no intento hacerle daño a nadie, estoy en contra de la violencia. Hago lo que puedo a mi manera, como tú. Tal vez tú quieras luchar, yo quiero llegar a acuerdos. ¿Por qué lo qué tú haces está bien y lo que yo hago está mal? ¡Dime! ¡Dime por favor!
Jongin se acercó y, en medio de su reclamo, terminó muy cerca del otro muchacho. Lo pensó, pero no se retiró. Esperó a que el otro reaccionara, pero Kyungsoo se mantuvo firme, mirándolo directamente a los ojos. Así estuvieron por unos instantes hasta que el mayor de los dos se rindió finalmente.
–Lo peor de todo es que incluso así me siento atraído– susurró Do fastidiado.
–¿Qué dijiste?
–Nada importante.
Atracción. La palabra que había estado resonando en su cabeza salía de la boca de la persona que le estaba causando la crisis emocional más grande de toda su vida. ¿Por qué lo había dicho? ¿De qué tipo de atracción estaba hablando? ¿Se sentía igual que él?
–¿No es importante?
–No. Lo importante es que hay muchas personas como tú. Que no saben cómo funcionan realmente las cosas y sólo obedecen las órdenes de su familia.
–¿Podrías por favor dejar de insultarme? En este mismo instante estoy escondiendo a un miembro de la Armada de Honor, una persona de casta baja que no tiene el más mínimo respeto por los valores y los modos del país que jura defender. Estoy apoyando tu causa, ¿no? ¿por qué insistes en provocarme y atacarme cuando yo quiero ayudarte?
–Porque me gustas y no encuentro... otra manera.
Silencio. Se escuchaban sus respiraciones, las olas chocando contra el barco. Voces lejanas de la tripulación a cargo del turno de la noche, latidos de dos corazones que resonaban en los oídos de sus respectivos dueños. Pero nada más. Kyungsoo no sabía de dónde había sacado la estúpida idea de hacer una confesión tan absurda en un momento de riesgo tan grande. Estaba cansado, hambriento e increíblemente atraído. Como si no tuviera conciencia de que podía ser castigado por un arrebato de ese estilo. Y, aún sabiendo lo peligroso que era, se acercó más y juntó sólo un poco sus labios contra los de Jongin.
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Naufragio ║Kaisoo ║Kaisoo Fest: Retro Love ║ The 90's
FanficKim Jongin y Do Kyungsoo se encuentran en un barco en medio de la invasión Japonesa a Corea. Kim se dispone a ir al país vecino para estudiar y hacer contactos. Do tiene una misión. En medio del camino un encuentro casual y una situación accidentada...