Prólogo.

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Matilda- Harry Styles ✰

Eran ya pasadas las doce de la noche cuando Maxine se encontraba sentada en uno de los peldaños de las escaleras de su hogar, el lugar perfecto para escuchar con claridad la leve discusión que tenían sus progenitores en ese momento. Siendo honesta en que no le agradaba escuchar las conversaciones ajenas de otros en secreto por un alto respeto a la privacidad.

Sin embargo, esta vez fue una excepción, la curiosidad le atrapó en el momento en que no podía continuar su sueño debido a que sentía que había mucho movimiento en su hogar, por lo que cuando bajó en silencio para saber que no era un ladrón o algo parecido, se encontró con la grata sorpresa de que sus padres seguían despiertos.

Además, sus padres nunca solían discutir y gracias a ese importante detalle la preocupación incrementó en la joven.

— Esto es por el bien de nuestra hija, Baltazar— escuchó a su madre decir en un tono seco, tan característico de ella cuando de situaciones de alta importancia se trataban.

Pese a que la discusión que llevaban ambos adultos responsables era algo que podía describirse mejor como una conversación calmada, eso no pudo evitar que a Max le agobiara el hecho de que ella fuese el tema principal de que sus padres perdieran sus horas de sueño, lo cual provocó que se sintiera fatal por tener que ser un problema y no un alivio para esos seres que amaba tanto.

¿Hice algo malo y no me di cuenta de eso? Pensó ella.

— Comprendo que esto sea por su bien, ¿Pero no será muy abrupto para ella tener que asimilarlo?— cuestionó su padre en el mismo tono al tiempo que suspiraba—, sabes que no podemos tomar ninguna decisión si Maxine no está de acuerdo.

— Puedo comprender cuales son tus dudas al respecto, pero... veo que esta es una oportunidad no solo para nosotros, sino para ella. Sé que nuestra hija aceptaría con tal de sanar aquel trauma que la persigue y la perseguirá por el resto de su vida.

Ante lo dicho, la adolescente supo el por qué era el tema central entre ellos dos, hablaban del accidente, aquel que casi le arrebata la vida. Un mal recuerdo que la perseguirá por el resto de su vida, ¿O es que acaso existía algo que pudiese sacarla de esa tormenta?

Maxine no pudo evitar abrazar sus piernas y apoyar la cabeza en la pared con cansancio, determinada en seguir escuchando la conversación de sus padres.

— Sigo sin poder entender por qué Max tuvo que pasar por eso— masculló su progenitor con enojo puro,— ¿Por qué a ella?

— Yo tampoco lo comprendo, Baltazar. Solo sé que ese maldito hijo de puta que le hizo eso se pudrirá por siempre en la cárcel.

Pudo oír cómo su padre soltó algo parecido a una queja contenida de rabia y como unos pasos enojados se sentían en la estancia del lugar. Minutos de silencio reinaron por todo el hogar con un aire tenso que la chica sentía que eran una eternidad.

— No podemos seguir aquí— continuó ella— , ya no es seguro para ella, ni tampoco para nosotros.

— Estoy de acuerdo en eso y lo sabes perfectamente, cariño. Pero como ya te dije, no podemos tomar ninguna decisión si es que Maxine no está de acuerdo y lo sabes.

— Si... Yo solo que no quiero que apague esa luz que sigue transmitiendo pese a todo lo que ha vivido y le ha afectado— su madre rió nerviosamente—. Ni siquiera comprendo cómo es que sigue sonriendo y no haya cambiado en nada.

A continuación, unos fuertes sollozos se hicieron oír por el hogar y Max sintió eso como un golpe en el corazón. Claramente, pese a todo lo que tuvo que estaba viviendo, ella seguía manteniendo una sonrisa, seguía su misma actitud tan carismática que tenía, aceptaba ese hecho en lo absoluto y se sintió orgullosa por su determinación a seguir con su vida gracias a su familia.

Aguantándose las ganas de llorar y tapando el nudo que tenía atascado en la garganta, unos lentos pasos se hicieron oír y pudo imaginar lo que estaba ocurriendo: se estaban abrazando.

— Es porque hiciste un gran trabajo al cuidarla, al hablar con ella a través de la terapia, cariño.

— Tu también has hecho un gran trabajo al cuidarla y mantener su misma rutina.— sollozó— Ninguno de nosotros quiere pasar por la misma situación dos veces, no me lo perdonaría nunca jamás en mi vida.

— Entonces nos iremos de este país.

La joven no pudo evitar abrir la boca de la sorpresa ¿Irse a otro país? ¿Y en dónde?

— ¿Estás seguro?

— Más que seguro, siento que sería comenzar de cero para todos nosotros, ya que esto fue como un golpe muy duro. Además, nuestra hija es muy testaruda a veces— Max sonrió al escuchar aquello—, tienes razón que ella aceptaría con tal de vivir nuevas experiencias y emociones.

En eso estaba completamente de acuerdo con su padre, aceptaría con tal de vivir siempre una experiencia que pueda ayudarla a superar el accidente y seguir con su vida junto a su familia, ya que sabía que la más afectada no solo era ella, sino sus seres queridos quienes han tenido que vivir el enorme susto de casi perderla por completo.

— Hablaremos con ella mañana—propuso su padre— Este será un nuevo comienzo.

De ahí, no hubo más palabras por parte de los dos adultos. Maxine supo entonces que debía retirarse rápidamente para no ser vista espiando su conversación y se fue a dormir con el pensamiento de que aceptaría irse sin pensarlo dos veces. Después de todo, parte de su gran determinación a continuar la hacían de una persona terca, cuya actitud siempre es en mantener en alto la cabeza y el alma en orgullo.


Algo diferente. (Metal Family)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora