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Me miraba en el vidrio de aquel aula vacía, mientras acomodaba mi cabello y trataba de que se viera bien.
- ya te ves lo suficiente linda, ¿quieres abusar de la belleza?
Aquella voz me hizo sobresaltar, pero me tranquilicé al verlo a él ahí.
- ¿Te parezco linda? -pregunté ocultando mi nariz, el chico asintió.
Él tomó mi mano y nos llevó dentro del autobús, que ya empezaba a llenarse con los alumnos de nuestra clase. Vi sus intenciones de sentarse en lo último del autobús, pero lo jale he hice que nos sentaramos justo en el medio.
- Minjeong-ah, ¿Por qué justo aquí? -me preguntó. - Anne esta delante, me sentiré vigilado por ella.
Anne y Lucas, ambos hermanos. Hijos del embajador estadounidense.
- no es como si fuéramos hacer algo malo. -le dije empujándolo un poco para que se recostora y el accedió.
Le sonreí al chico a mi lado. Pero él llegó con una pregunta inesperada.
- Minjeong-ah, ¿por qué nunca quieres darme tu número telefónico? Ya somos lo suficiente cercanos. -pregunto fingiendo tristeza.
- Perdón. Es que dañe el mio hace meses, y no he podido comprar uno nuevo. -le dije tomando su mano tímidamente, y sus mejillas empezaron a calentarse. - de todas formas, es mucho más agradable hablar contigo en persona, que por chat.
Aunque la verdad es que yo no lo dañe, lo hizo la misma persona me compró el celular.
Sonreí y Lucas sonrió por inercia también.
- tienes una sonrisa muy linda... -murmuró, y yo reí ante su cumplido.
El transporte se detuvo, por lo que todos empezamos a bajar. Lucas se ofreció a tomar mi mochila, pero yo negué. Mi mochila era liviana, casi como si no llevara nada dentro de ella.
- esta es la casa de la moneda, donde imprimen la moneda unificada. Es importante porque...
Mis cordones se habían soltado, por lo que me detuve y me agache para poder amarrarlos de nuevo. Aleje mi mirada un momento, y vi a la hermana de Lucas tomándose fotos.
- Minjeong-ah, vamos, la maestra indicó formarnos en filas. -me habló Lucas mientras me esperaba, yo asentí.
Empecé a caminar para adentrarme al lugar. Cuando llegamos a la entrada, pidieron nuestros bolsos y nos analizaron con detectores de metales.
Cuando ese procedo hubo acabado, nos entregaron identificaciones con nuestra imagen y nombres.
