𝗖𝗜𝗡𝗤𝗨𝗘: miedo.

3.3K 385 60
                                    

Mi corazón se aceleró, y el enojo empezó a crecer en mi.

¿En serio lo había hecho? ¿En serio Denver mato a una rehén?

Me sentía desubicada mucho más allá de mi enojo. Estos últimos meses que traté con Denver, en los que empezamos a tratarnos como hermanos, creí conocerlo, y pensé que no mataría a nadie, nunca.

Pero supongo que ese fue mi primer error: creer conocer a un ladrón.

— ¿En serio la mato? —preguntó una rehén en el momento que Berlín abandonó el vestíbulo.

Lucas corrió en mi dirección y se agachó a mi lado, Helsinki le apuntó, y yo rápidamente negué, para asegurarle que no pasaba nada.

— hubo dos disparos, no uno. Se aseguró de matarla.

— No te asustes. ¿Esta bien? —preguntó tomando mi rostro entre sus manos.

Minjeong, a quien yo interpretaba, asintió. Pero por dentro estaba gritando. ¿Estar bien? Que risa, todo se iría a la mierda,  estábamos acabados.

— ¿Como pudiste hacer eso? La pusiste en riesgo y te callaste cuando la atraparon.

— ¿Qué? No sabes lo que pasó. Yo no la obligué. Misun se ofreció.

— ¿Y eres el director?

Los murmullos empezaron hacer presencia, y mis ganas de levantarme e ir con velocidad a la oficina llegaron. Esto debía ser informado lo más pronto posible.

— ¡Basta, por el amor de Dios! Yo soy la más grande víctima aquí.

Negué mientras soltaba una risa sarcástica, esto debía ser una broma. ¿Víctima? Pero si él hizo que todo pasara.

— ¿que pasa, Minjeong? —me preguntó Lucas mientras me ayudaba a levantarme del suelo, extrañado de mi actitud.

— Perdí a la mujer que amo por esos malditos delincuentes.

— ¿Que amas? Déjate de tonterías.

— Oye, Choi. Háblale bien al director.

— ¿Habrías dejado morir a Yun si fuera surcoreana? —exclamó con puro enojo el hombre. Se acercó al director.

Ese hombre, el director, se había lanzado a si mismo a la boca del lobo al intentar en un principio salvar su propio pellejo. Intentando arruinar los planes que llevaban meses pensados por el profesor.

— ¡Ya! —grito Helsinki. Los rehenes dejaron de pelear. — vuelvan a sus lugares.

Ellos lentamente obedecieron, volviendo a sus lugares, incluso Lucas. Yo miré al director, quien sudaba mucho. Él era el culpable por donde lo vieras.

Total, esta situación era una mierda, y yo necesitaba informarle que profesor sobre lo que acababa de suceder.

— esto no habría pasado si no hubieras intentado contactar el exterior. —dije mirando seriamente al hombre mayor, el me devolvió una mirada exagerada.

— ¡Yo no lo hice! —exclamó como si quisiera llorar.

— hace unos minutos admitiste darle el reloj, aprende a mentir un poco.

— tú- ¡Tú! Eres una niña insolente, ¡Oye! —le grito a Helsinki, quien miraba con aburrimiento la escena. — M-me está atacando.

Yo torci mis ojos. Helsinki me miró alzando las cejas, y yo me encogí de hombros para luego mirar a otro lado. Él se acercó al director.

Helsinki apuntó con el arma al director. Aunque los surcoreanos se asustaron, los norcoreanos ni se inmutaron.

— Deberías dejar de buscarte problemas. —le dijo Helsinki al director. Luego se acercó a mí, y me indico con la cabeza que empezara a caminar.

𝐀𝐋𝐋 𝐓𝐎𝐎 𝐖𝐄𝐋𝐋 ✘ 𝐑𝐈𝐎 (𝐊𝐎𝐑𝐄𝐀)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora