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Aún estamos esperando a que venga el chofer y nos lleve a casa, y dentro del auto solo estamos tu y yo.

La tension que hay entre nosotros es tan tangible que me impide moverme. Te estoy observando y el alivio en mí es inevitable cuando me doy cuenta que no has cambiado nada.

- Espero que algun día puedas perdonarme.

Tu voz me saca del trance en el que estaba y quiero decirte que no tengo nada que perdonarte, pero sales del auto sin avisarme.

Te veo alejarte con demasiada prisa, y cuando estoy a punto de bajar e irme a mi coche, te veo llegar con pasos firmes y subes de nuevo, pero no a mi lado, sino al asiento del piloto y, una vez dentro, le colocas el seguro a todas las puertas y arrancas el carro.

En ningún momento me miras, vas concentrado en el camino que de a poco comienzo a desconocer. No recorremos las calles de siempre y cada vez más nos encontramos mas cerca de las afueras de la ciudad.

Es de noche, pero poco te importa lo mucho que me aterra este panorama porque no te detienes hasta que llegamos a una pequeña desviación donde por fin detienes la marcha.

Nuevamente bajas del coche y yo en automático me quito el cinturón de seguridad para ir tras de ti. Pero no es necesario porque abres la puerta del otro lado y te subes sin apartar tu vista de mí, y te juro que en mi vida te había tenido tanto miedo como ahorita.

- Por favor perdóname, Jimin.

Y antes de siquiera responder tu boca ya se encuentra sobre la mía, besándome con vehemencia pero yo no soy capaz de responderte.

No lo mal interpretes, de verdad quiero hacerlo, pero me es imposible no recordar a Tae en este momento.

Te separas de mi y me miras pidiendo una explicación, o buscando algun rechazo de mi parte, pero yo solo puedo susurrar su nombre con dolor.

- No, hyung, soy Jungkook.

Entonces te miro directo a los ojos, y eso es el culmine en mi para echarme a llorar.

- No llores, Jimin, por favor. - dices mientras acaricias mi pelo.

Luego de unos minutos, suspiro pesado y me sonríes tan tierno que bajo la mirada. Te vuelves a acercar y entiendo tus intenciones.

Jungkook, por más que desee que tus labios se junten con los míos de nuevo, está mal.

- Él es mi mejor amigo, Jungkook. No podría hacerle eso.

No dices nada, y creo que es porque estás entrando en razón.

- ¿Desde cuándo lo sabías? - me atreví a preguntar conciente de que no ibas a mencionar otra palabra. - ¿Hace cuánto sabes que te amo? No, no respondas. - Te digo antes de que digas algo.

Me da miedo ¿sabes? Tengo terror de ser solo un juego.

Pero no dices nada. Solo me abrazas fuerte y, acostado en tu pecho, oigo los latidos de tu corazón.

¿Por qué está acelerado?

Te siento al besar mi cabeza y creo que me voy a romper aún más.

- No lo hagas. No me beses como si sinteras algo por mí. No me confundas. No...

Ni siquiera me dejas terminar la frase, solo tomas mi barbilla y vuelves a besarme, firme, necesitado. Así como siempre me imaginé tus besos.

- ¿Así cómo, Jimin? ¿Como si estuviera enamorado? - luego me besas, quitándome el aire de los pulmones. - ¿Cómo si fueras la persona más importante del mundo? - tu mano derecha va hacia mi cuello y me sostienes con fuerza. - ¿Cómo si ya no aguantará más esto que siento?

- Sí... - mi susurro casi inaudible te hace sonreír, pero yo me siento cada vez peor.

Quiero volver a besarte.

- Jungkook... Tae. Él y tú

- ¿Él y yo? - dices confundido.

¿Estás jugando?

- No voy a besarte mientras estés con él. - Te digo en un intento por apartarme, pero tu mano baja hacia mi cadera y me sostienes acercándonos aún más.

- Jimin, no estamos juntos. Créeme.

- ¿Ah no? - niegas mientas aprietas mi cadera y pegas tu frente a la mía - Pero tú y él... en tu cumpleaños... los ví, estaban tomados de la mano.

- Jimin, también las uno a Jin hyung, a Nam hyung o Yoongi hyung.

Touché

- Entonces ¿nada de nada? - pregunto una vez más.

- Nada de nada. - confirmas, aun con nuestras frentes pegadas. - ¿puedo volver a besarte?

Sonrío ante tu comentario y soy yo quien acorta la distancia entre nosotros.

Tu mano en mi cadera y la otra en mi cuello, mientras que las mías sostienen tu rostro, me hacen querer ir más allá.

Al parecer a ti también, porque de un momento a otro me subes a tu regaso y me abrazas para pegarme a ti aún más sin dejar de besarme.

Se me está terminando el oxígeno en los pulmones, pero decido continuar hasta que ya no aguante más.

- Jimin - dices cortando el beso, pero sin separar nuestros rostros - vamos a casa ¿sí?

Asiendo lentamente y me quito de tus piernas, luego ambos bajamos del carro y subimos ahora en los asientos delanteros.

La hora en la pantalla de mi teléfono marcan las dos de la mañana de este catorce de octubre, y me siento mal por no tener ganas de hablar de nuestro concierto, pero es que, aunque no te hayas declarado, decirte en voz alta mis sentimientos me hacen sentirme más calmado, como si un peso enorme se haya caído de mi espalda.

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Cuando llegamos a casa, las luces están apagadas y parece que todos se han ido a descansar, así que entramos sigilosamente hasta mi habitación.

Nos desvestimos en silencio y juntos vamos al baño a quitarnos el maquillaje.

Luego, abres mi armario y tomas dos camisetas, una te la pones tú y la otra me la colocas.

Cuando te alejas un poco, no puedo evitar mirarte de arriba a abajo admirando lo hermoso que eres.

Pero tú haces lo mismo, me observas como si nunca nos hubiéramos visto y tomas mi cintura para pegarme a ti.

Tu abrazo me hace sentir en las nubes, y así de juntos nos vamos a la cama.

A pesar de querer estar viendo tu cara, decides darme la vuelta y abrazarme por la espalda.

"Eres el sol que asciende en mi vida de nuevo..."

Comienzas a cantarme al oído esa canción que tanto amo oír y creo podría morir ahora mismo.

No es la primera vez que dormimos juntos, pero siento como si lo fuera.

¿Que pasa si despierto y tu no estás?

Jungkook ahora más que nunca empiezo a convencerme que "desde el comienzo del universo, ambos fuimos hechos el uno para el otro, así que déjame amarte"...


Fin

Serendipity  - KookminDonde viven las historias. Descúbrelo ahora