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Caminando cerca de un rio, un niño pequeño se acerco lo suficiente como para poder llenar la cantimplora que tenia en sus manos, su mochila fue dejada a un lado para evitar cometer algún desliz y que terminara en el rio.

Cuando la cantimplora estuvo lo suficientemente llena, la puso dentro de su mochila y volvió a continuar su camino. Sus pasos eran tranquilos, y suaves, años de practica habían echo que su presencia fuera tan silenciosa que tenían que fijarse mas de una vez para asegurarse que alguien estaba ahí, a menos por supuesto que el decidiera darse a conocer.

El bosque por donde caminaba era enorme, empequeñeciendo su ya diminuto cuerpo, pero eso solo hacia que disfrutara el silencio que lo rodeaba, mientras tarareaba una tranquila melodía, no tan alto como para asustar a los animales, pero lo suficiente como para que no estuviera solo en sus pensamientos.

Pero su tranquilidad duro poco cuando de pronto escucho los sonidos de una pelea no muy lejos de donde se encontraba, la curiosidad le gano y comenzó a acercarse hacia donde provenían los sonidos, sin molestarse ni un momento en verificar el aura de las personas. Por eso fue su sorpresa cuando se encontró asomándose por un arbusto lejano y vio a unos niños mas grandes que el peleando contra un adulto.

Pero también notando en seguida que todos eran ninjas. Por lo poco que podía ver de su diadema desde la distancia, pudo distinguir Konoha e Iwa, y al parecer era Konoha quien estaba ganando.

El niño soltó un suspiro de alivio, que no sabia que estaba conteniendo ni el por que, cuando los dos chicos derrotaron al mayor, a pesar de que este ultimo al parecer se podía hacer invisible, cuando los dos que ahora que se fijaba un poco mejor parecían adolescentes, entraron a prisa a la cueva, se sintió ligeramente confundido.

Entonces sintiéndose tonto por no haberlo echo antes, fijo sus sentidos dentro de la cueva y noto otras dos presencias aparte de los dos casi adolescentes, aunque una mas débil que la otra. Al mismo tiempo sintió que conocía de algo a estas presencias, pero por mas que lo intento no podía recordar muy bien de donde, y eso le molestaba, ya que desde que empezó su viaje siempre a sido lo mismo con la mayoría de las personas con las que se encontró. 

Sin pensar mas en ello, comenzó a acercarse a la entrada de la cueva, aun manteniendo todo el sigilo por si acaso.

Justo a tiempo fue que capto el sonido de otra batalla, y asomándose ligeramente por la entrada, pudo ver a los dos adolescentes pelando con otro adulto, pero este ultimo parecía ser mas hábil que el anterior. Aun así parecía que los dos menores se las estaban arreglando y así fue cuando lograron tirar momentáneamente al tipo al suelo antes de dirigirse a la ultima persona dentro.

El niño pensó que con todo acabado seria mejor que siguiera su camino, pero justo cuando ese pensamiento cruzo por su cabeza, el ninja enemigo comenzó a levantarse y hablar, el niño no escucho nada de lo que dijo hasta que el ninja comenzó a realizar un jutsu.

" ¡Doton, Iwayado Kuzushi! (Elemento tierra, derrumbamiento de piedras) "

Antes de que cualquiera pudiera hacer algo, el Iwa ninja cayo inerte sobre el suelo, sin lograr completar su jutsu, un kunai asomándose, clavado profundamente en la parte trasera de su cabeza. Cuando los ahora tres adolescentes dirigieron su mirada al niño, este también se veía claramente confundido, sin haberse dado cuenta de que el fue el que lanzo el kunai.

Después de parpadear tontamente un segundo, inmediatamente el niño llevo su mano detrás de la su cabeza, un movimiento que hacia cuando estaba nervioso, y se rio torpemente.

" ja, ja. . . ¿Ups? "

Eso parecía ser suficiente para sacar a los tres mas grandes del aturdimiento momentáneo y volver a tomar posiciones defensivas, lo cual para los tres tenia sentido, ya que no sintieron al niño en absoluto y definitivamente tenia fuerza si la forma en que el kunai clavado en el enemigo lo demostraba.

Si es para salvarlos, lo cambiare todo (Naruto)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora