El crush de Will con Eddie; Byson

So Good Together

Sí Will Byers trata de hacer memoria, le vienen a la mente demasiados recuerdos; pero en ellos jamás llega la respuesta que necesita para responder a la pregunta que lo ha estado acechando los últimos días. 

¿Cómo y en qué momento empezó a gustar de Eddie Munson?

Lógicamente, cualquiera creería que todo comenzó cuando lo conoció. Era su tipo de chico—hablando físicamente—y encontró interesante hallar a una persona que tuviera sus mismos gustos y ya. Esa era su justificación de lo que él creía que podría tratarse de un simple flechazo momentáneo que eventualmente iría desapareciendo sí no pensaba en aquello. 

«No es la gran cosa» Se dijo a sí mismo. Pero en su primera semana de insomnio con eso en la cabeza, supo que estaba jodido y no se iba a salvar tan fácil. 

En la segunda semana, sobrepensar lo llevó a simplemente aceptarlo. Se había vuelto fácil para él, pues ya se había enamorado antes, o por lo menos cree haberlo hecho porque ésta situación ya la había vivido antes con Mike Wheeler. Sólo que esa historia había terminado trágicamente pues, él jamás habló, y Mike siempre prefirió hacer como que no lo sabía. 

Incluso alguien como Eddie se dio cuenta con sólo verlos juntos una vez el primer día que se conocieron; y muy abiertamente y a solas, le confesó a Will algo que tenían en común los dos, y le dijo que sí alguna vez quería hablar sobre ello, contaba con él. 

Tal vez esa fue la razón por la que se sintió tan cercano de alguna manera, y se enamoró.

O tal vez no. 

Por más que buscaba una razón de porque empezó a sentirse así con Munson, no encontraba la especifica. Todos los recuerdos que tenía con él eran buenos, pero ninguno le permitía poder decir, "Es por esto. Por esta razón me he enamorado. ". Con Mike, por ejemplo, recordaba el día, la situación, y los diálogos con claridad. El Parque de Juegos. Era su confort cada vez que su amigo lo echaba de lado y se enojaba con él por cualquier mínimo detalle. Reemplazaba los malos momentos con eso, y sí pensaba en ello, no podía enojarse con él. Llegó a pasar mucho tiempo apreciando ese recuerdo, pero cuando dejó de hacerlo, simplemente no volvió a tener una idea de cómo funcionaba el amor cuando uno no se está lastimando por justificar al otro. 

Eddie no lo había tratado como los demás todavía. De hecho, desde el primer momento se comportó increíblemente agradable con él y pareció agarrar un gusto por protegerlo. Tal vez le recordaba mucho a él cuando era más joven y vulnerable. Por eso existía Hellfire Club; y él lo unió a ese grupo. Se aseguro de que fuese bien recibido, y no se sintiera como un excluido en un lugar donde específicamente quería que nadie lo fuese. Siempre estuvo a su lado, alentándolo y haciéndolo sentir seguro para que no necesitase de las migajas de afecto de nadie. Pues, el contrario había notado que sus supuestos amigos no veían lo solitario que realmente era, y que sacrificaba sus propios sentimientos con tal de mantenerlos contentos e hicieran de las suyas sin importar que pasara con él. 

¿Acaso se había enamorado de Eddie por aquel día que sus amigos lo abandonaron por estar con sus novias y él simplemente lo llamó por el Walkie-Talkie diciéndole; 

—Byers, ¿estás solo? Trae tu trasero acá. Juguemos solos tú y yo. 

El recuerdo le causa un sentimiento en el pecho y pone una sonrisa en su cara, pero siente que hay algo más. Yendo al pasado unos cuantos días atrás, piensa en la ocasión de los audífonos. 

Nadie quería escuchar la música de Eddie. Al menos no las que rozaban un género extraño de gritos y palabrotas. Todos eran extremadamente sinceros con sus opiniones negativas. Will por lo menos disimulaba, y, aceptaba que algunas eran su gusto culposo pero que no pondría jamás en un estéreo.