PAISES BAJOS

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LA LEYENDA DE HANS BRINKER

Esta leyenda cuenta la historia de un muchacho (el hijo del jefe del puente Spaardonel) que tenía aproximadamente 8 años y estaba lleno de curiosidad e inquietud; ya que el país donde residía tenía un pueblo que estaba separado en dos partes, una que pertenecía a Haarlem y otra a Haarlemmerliede en Spaarnwoude.

De vez en cuando, el niño hacía muestra de su buen corazón llevándole pasteles a un anciano ciego de la vecindad, una buena acción que realizaba gustosamente tras recorrer el camino que separaba su casa de la del pobre ciego, un camino que pasaba por la delimitación entre pueblos.

Uno de estos días, el joven comenzó a recorrer el camino, no obstante, cuando pasó por la presa observó que el nivel del agua estaba mucho más alto que de lo normal. Al fijarse un poco más, vio que había un pequeño agujero en el dique del cual salía agua. 

Sin pensarlo, el niño mete su pequeño dedo en el agujero para detener el goteo constante de agua, pero tuvo la mala suerte de que se encajara; y por más que gritara el niño nadie le escuchó. 

Así quedó durante toda una noche; al día siguiente, un cura que pasaba por aquel lugar se dio cuenta de que el joven necesitaba ayuda. 

Al observar detenidamente la postura del niño, vio que aquel muchacho había salvado la vida al pueblo.

KABOUTER

Los Kabouter son una especie de gnomo o leprechaun.

En la mayoría de las tradiciones mitológicas de Europa encontramos esta especie de hombrecillos. Así, el folclore holandés habla de los Kabouters se les ve representados como pequeños hombrecillos que viven escondidos de los hombres bajo tierra o incluso dentro de las setas.

Son seres que pueden vivir también como espíritus que ayudan en el hogar. A fin de cuentas hombrecillos extraños y mágicos que habitan entre nosotros de forma oculta, pues la mayoría de las veces se presentan bastante tímidos ante los seres humanos.

Los Kabouters tienen largas barbas. Así se diferencian de los enanos, pues estos últimos no llevan siempre las barbas tan largas. Además, cuentan con altos sombreros rojos y muy puntiagudos.

Aunque la existencia de estos seres se extendió hace muchos siglos, actualmente hay una teoría que asocia su apariencia a las alucinaciones producidas cuando se consumen algún tipo de setas alucinógenas. Si bien es cierto que no están asociados públicamente con los narcóticos, podemos decir que aparecen en infinidad de iconos y logotipos de las tiendas que los venden.

Aparecen en numerosas leyendas holandesas, por ejemplo en la Leyenda de los Zuecos de Madera, un cuento popular holandés en el que uno de estos seres enseña a un hombre como hacer los típicos zuecos holandeses. Así, podemos observar que aunque cuentan con un carácter reservado, son próximos a determinados humanos.

Así, no era extraño que estos seres reaccionaran de forma positiva ante el trato favorable de algún humano. Recordemos además que eran seres mágicos, por lo que podían favorecer bastante a dichos humano si estos sabían exactamente como tratarlos, pues contaban con un carácter un poco especial, entre asustadizo y volátil, que los hacían cambiar de humor constantemente.

El holandés errante

Un barco no podía volver a tierra y se vió condenado a vivir en los mares del mundo. Hay personas que dicen que lo han visto, y que es un barco con una imagen fantasmal.

Se dice que todos los barcos que han naufragado fue porque vieron el barco del holandés errante, y una vez que lo ves, nadie puede sobrevivir para contar lo que han visto. En ese barco se dice que se encuentran todas las almas de las personas que han muerto en el mar.

La sirena de Westenschouwen

Se dice que en un viejo puerto holandés llegaban las mejores mercancías de pescado. Por eso allí eran muy creídos y decían que nadie les podía derrotar en pescadores.

Un día unos pescadores holandeses atraparon en sus redes a una sirena. Ella les decía que la tenían que soltar y que si hacían eso los recompensará, pero ellos estaban ansiosos de ganar dinero con ella una vez que estuvieran en el puerto. Pero antes de llegar se les apareció el tritón con un bebé en los brazos.

Este les dijo a los pescadores que la tenían que dejar, ya que eran muy felices juntos con su bebé, y una vez que tocara tierra se moriría. Pero los pescadores siguieron caminando sin hacerle caso. Así llegaron a tierra y los pescadores nada más llegar se hicieron famosos gracias a la sirena.

El tritón que los había seguido, les dijo a todos los ciudadanos del pueblo. "Esta sirena y yo éramos felices en una casita de conchas con nuestro hijo, ¿vais a dejar que muera en tierra firme?". Pero los ciudadanos no le escucharon y seguían contemplando su belleza, y cuando se cansaron de ella la dejaron abandonada al lado del faro, en tierra firme y finalmente murió.

El tritón lleno de ira lleno el puerto de algas y arena que lentamente fueron subiendo con las mareas a las calles de Westenschouwen y se hizo la vida imposible. Eso sí, las algas y la arena no consiguieron tapar a la sirena y dicen que quien la encuentre tendrá vida eterna.

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