Una noche más (en proceso)

Capítulo 7.

7. Bienvenida al círculo.

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Jennifer

🌑🌒🌓🌔🌕🌖🌗🌘🌑

Por un momento me detuve a procesar las últimas 48 horas la extraña cita con el alemán rarito, el accidente de mads y como no la misteriosa rosa y el mensaje.
Me dispuse a abandonar la sala del hospital, sabía que estaba en buenas manos y yo necesitaba darme una ducha y dormir un poco.

Me coloque los auriculares, me despedí de mads y de la señora Hidalgo y salí en dirección a casa. No tardé en darme cuenta de que un coche negro no había parado de seguirme desde que salí, ya casi llegando a casa frené y me quite los auriculares.

—Pensé qué no parias nunca Jennifer - dijo una mujer castaña bajando la ventanilla trasera del vehículo .

—¿Cómo sabes mi nombre? - pregunte un poco a la defensiva.

—Tranquila cielo, tengo información que podría interesarte - abrió la puerta trasera del coche y se echó a un lado para que pudiera subir — no tengas miedo, yo se quien provocó el accidente de Maddie.

—Habla.

Sabía que había sido provocado, no era el primero que veía así. Lo que no llegaba a entender es quien le querría hacer daño a mi pequeña amiga.

—Para eso tendrás que subir al coche, pequeña niña prodigio.

La ira comenzó a inundar mi cuerpo y la habría matado ahí mismo de no ser porque necesitaba la información que tenía para mí.

Sin mediar palabra subí al coche a regañadientes y cerré la puerta.

—Esta bien te escucho.

—Primero de todo te propongo un trato - vi como sacaba una carpeta enorme y la abría delante de mí.

Fotos.

—¿Has oído alguna vez hablar del círculo de oro?

—¿La panda de matones chiflados?

Soltó una carcajada.

—Cielo somos mucho más que eso, nosotros nos dedicamos a acabar con la escoria de este mundo para que así sea un poquito mejor me entiendes.

—¿Y que sacáis vosotros de todo esto? Nadie ayuda a otras personas por nadie.

—Mi querida niña ¿hay algo más importante que la satisfacción de acabar con los malos? Acompañado por supuesto de una incalculable suma de dinero.

Seguía sin entender qué pintaba yo en todo esto.

—Para que necesitas a una chica normal y corriente como yo entre tu panda de matones.

En ese momento escuché otra carcajada, solo que esta vez no provenía de Jane si no de la chica pelinegra que conducía el coche.

—Deja de hacerte la inocente con nosotras, lo sabemos todo de ti.

Una punzada en el pecho me hizo recordar todo aquello que creía haber conseguido superar.

—Ey tranquila -note como apoyaba una de sus manos sobre la mía para calmarme- necesitamos tu ayuda para acabar con él, sólo tú puedes volverlo a hacer.

—Está bien… Acepto.

Vi como ambas sonreían.

—Pero antes quiero saber dos cosas, la primera el verdadero motivo de todo esto; y la segunda…

—¿Quién causó el accidente?- me interrumpió.

—Exacto.

—Veras Charles y yo antes éramos muy cercanos, pero todo eso cambió cuando arranco de mis brazos a mi pequeña.