Kagome: Oye Nozomu, ¿por qué no te quedas a dormir aquí hoy? ¿Queda muy lejos tu preparatoria?
Nozomu: No, no queda tan lejos, ¿estás segura? ¿Qué hay de tu madre? ¿Te lo permite?
Kagome: Si, tranquila.
Nozomu: Entonces está bien. ¿Me dejas usar tu teléfono un momento?
Kagome: Claro, ven.
La azabache guió a la ojiverde a abajo, dónde estaba el teléfono. Ella marcó el número de su casa y le avisó a su padre que se quedaría ahí, a lo que él respondió con un "Qué sorpresa, esta vez sí avisaste". Luego de eso las chicas fueron a bañarse juntas y más tarde fueron a dormir.
A la mañana siguiente el despertador sonó y las dos se levantaron algo somnolientas, habían pasado parte de la noche conversando y se acabaron acostando un poco tarde. Se vistieron y Kagome no pudo evitar hacer una pregunta algo graciosa.
Kagome: Oye, ¿Cómo haces para tenerlas tan grandes? — en un ataque de inocencia esas palabras salieron de su boca.
La castaña estaba al desmayarse de tanto reír.
Nozomu: Dice mi papá que lo heredé de mi madre. Además, me alimento bien y me ejercito constantemente, tú sabes, un dojo. — contestó limpiando una pequeña lágrima que se le escapó de la gracia. — pero no deberías preocuparte por eso, tienes un cuerpo muy bonito.
Kagome: Gracias. Por cierto, si tu casa es un dojo, ¿dónde están los demás maestros?
Nozomu: Se fueron a trabajar a otros dojos porque les caía mal la actitud de mi padre. Es algo . . . Excéntrico.
Luego de desayunar y despedirse, Nozomu dio las gracias apropiadamente por dejarla quedarse esa noche. Luego de eso caminaron hasta la escuela de Kagome.
Kagome: Nozomu, ¿no te molesta que te digan Zetsubou?
Nozomu: Nah, antes me molestaba pero ya me da igual. De todas formas no tengo a nadie que me lo diga.
Kagome: ¿No tienes amigos?
Nozomu: No los llamaría así, más bien son conocidos, no tengo un vínculo fuerte con nadie. Me atrevo a llamar a mi hermana como mi única amiga.
Kagome: Yo puedo ser tu amiga.
Nozomu: ¿En serio? ¿No te molesta que te pueda matar en cualquier momento?
La azabache rió.
Kagome: No lo harías, eres una buena persona, aunque quieras expresar lo contrario.
Nozomu: Bueno, entonces está bien, seamos amigas.
Las dos sonrieron y llegaron a la escuela. Se despidieron de mano y la ojiverde tomó un tren hasta su preparatoria, llegaría algo tarde, pero le daba igual. Al entrar a la escuela el custodio le preguntó el porqué de su retraso, a lo que con una sonrisa ella respondió: "Me perdí en el sendero de la vida". Muy oronda y campante fue a su aula y se sentó. No pasó mucho para que varios chicos fueran a su mesa.
— ¿Itoshiki por qué faltaste ayer?
— ¿Por qué llegaste tarde hoy?
— ¿Te encuentras bien?
— Hoy faltó el profesor de matemáticas.
— Itoshiki.
Se exasperó.
Nozomu: Ya cállense. — dijo en un susurro con la mirada afilada, dirigiéndose a esos chicos. — yo no ando preguntando acerca de su vida, no se metan en la mía.
Los chicos se asustaron un poco, por lo que volvieron a sus puestos para dar el segundo turno de clases.
Cuando por fin las clases terminaron y Nozomu salió de la escuela se le ocurrió ir a la secundaria de Kagome. Se supone que ellos terminan un poco más tarde, por lo que aprovechó para tomar un tren hasta allí. Al llegar vio a la azabache caminando a la salida con otras tres chicas. Se veía sonriente y feliz, algo que le causó melancolía a la castaña.
Nozomu: Kagome, hola.
La menor se sorprendió y con alegría fue hasta Nozomu.
Nozomu: Te quería preguntar si vamos a volver a ese lugar. — mencionó tan bajo que solo la chica de cabello negro la escuchó.
Kagome: Si, de hecho, planeaba regresar hoy. — mencionó sonriente.
Las otras jovencitas se acercaron.
Yuka: Kagome, ¿quién es?
Nozomu sonrió de lado y pasó una mano por detrás del cuello de Kagome apegándola a ella.
Nozomu: ¿Qué no es obvio? Soy su novia.
Todas se quedaron calladas.
Ayumi: Por eso no le haces caso a Hoyo.
La castaña no pudo aguantarlo más y soltó una carcajada.
Nozomu: Era broma, pff, JAJAJAJA. Crédulas, tranquilas, solo soy una conocida, no, según ella, soy una amiga. Y les aseguro que mi pasión son y siempre serán los hombres.
"Algo rara" pensaron las amigas de Kagome, y esta solo reía con Nozomu, le resultó divertida la broma a diferencia de las chicas de su clase. Luego de despedirse la sacerdotisa y la demonio comenzaron a caminar.
Nozomu: Yo pasaré por mi casa un momento, me quiero cambiar de ropa y recoger unas cuantas cosas, si quieres adelántate.
Kagome: No, déjame acompañarte, me gustaría ver como es tu casa.
Nozomu: No le veo el problema.
Pasaron un rato en silencio hasta llegar a la estación y tomar el tren. Al bajarse a la azabache le surgió una duda.
Kagome: Nozomu, ¿Por qué tienes piercings? Uno en la oreja y me di cuenta de que tienes otro en la lengua.
Nozomu: Y uno en el ombligo. No es nada, solo me gustan, hacen que me vea como una mala estudiante.
Kagome: ¿Eres una mala estudiante?
Nozomu: Nah, quizás es la adolescencia que te provoca querer hacer cosas de las que no dependes, pero que te interesan. Es mejor ponerte ese piercing que quieres y hacerte el tatuaje que te gusta, porque tu vida la vives tú, no los demás.
Kagome: ¿Tienes un tatuaje?
Nozomu: Uno pequeño, en la espalada. Es una serpiente con una manzana en la boca.
Kagome: ¿Representa algo?
Nozomu: Sí; quiere decir que debo hacer lo que quiera y dejarme caer en la tentación siempre que sienta que eso me hará feliz.
"Es la forma más extravagante y hermosa de ver la vida", pensó la azabache. A pesar de la larga vida que le esperaba a la castaña, prefería disfrutarla aunque tuviera todo el tiempo del mundo, para que su conciencia no muriera dentro de su cuerpo inmortal.
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Señorita Desesperada _ Naraku x Lectora
FanficNozomu había ido al templo Higurashi con su hermana menor, quien era amiga de Sota. En el recorrido bajó al pozo por la muñeca de la niña, pero algo sumamente extraño sucedió.