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Capítulo N°7

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Sin duda tenia la mejor de las vistas, un cuadro digno de admirarse, aunque solamente sea él quien lo admirara… si, un cuadro que adoraria admirar por siempre. Un Kim Taehyung a su merced, excitado, con una expresión inconfundible de placer y por sobre todo vulnerable a los ataques del mayor.

Taehyung seguía atado de manos, su pecho expuesto aún con su camisa cubriendo su espalda, estaba prácticamenle adormilado por aquel exceso de placer en su cuerpo con un descarado hilo de saliva que bajaba por su mentón. Su pecho subiendo y bajando, en un comienzo con rapidez para luego ir ralentizándose poco a poco, su parte baja seguía siendo estimulada por los juguetes del mayor, su cuerpo se arqueaba levemente temblando de a momentos. Toda su intimidad bañada con su propia esencia, su miembro goteando los restos de su último orgasmo. Bunny mordió su labio inferior, le encantaba lo que estaba viendo, y no podia evitar lo tirante de su pantalón, su miembro suplicándole un poco de atención.

— Bu~n — La voz de Taehyung sono levemente llamando su atención. El pelinegro creía que se había desmayado luego del último orgasmo — Bunny.

— ¿Qué ocurre, bonito? ¿Se sintió mal? — Preguntó arrodillado en el colchón entre las piernas abiertas del menor, pero sin tocarlo directamente, solo observándolo.

— Tu… tu pene — Balbuceó — Déjame… déjame verlo, por favor — Pidió. Sólo quería verlo, el deseo de sentirla se hizo presente. Jamás habia visto un miembro en la misma situación que la suya y quería que la de Bunny fuera la primera… y en el fondo, la única.

Esa sonrisa petulante y felina, otra vez adornando la tez del pelinegro — ¿Tan pronto me deseas dentro de ti? — Preguntó llevando sus manos hasta el inicio de su pantalón para desabrocharlo y bajar lentamenle el zipper.

Los ojos de Taehyung estaban fijos en aquella imagen. Guapo… era poco, ni si quiera existía una única palabra que describiera al mayor. Su torso complelamenle desnudo, su abdomen bien marcado, su lechosa piel, si subia hasta su cabeza podia distinguir aquellos carnosos labios rosados, que le sonreian. Su tez clara, su cabello negro completamente revuelto y como cereza de ese pastel, sus ojos, esos ojos cafés que se adueñaban de todo lo que veían... y en ese momento lo estaban viendo a él.

El pantalón bajo hasta las rodillas de Bunny quien tuvo que levantarse brevemente de la cama para poder quitárselo junto con su calzado. Cada movimiento que el pelinegro daba era seguido muy fijamente por el castaño atado en su cama, ansiando que su capricho fuera llevado a cabo de una buena vez.

El mayor volvió a hincar sus rodillas en el colchón en el mismo lugar donde habia estado, aún llevaba sus boxers, de un color negro con el elástico en color gris.

Taehyung estaba consciente de que aquella imagen lo había prendido de nuevo, y las estimulaciones, que volvieron a ser leves, endurecian su miembro.

— Hijo de puta, no seas así — Musitó — Déjame ver el arma secreta de Little Bunny — Le sonrió burlonamente. Había logrado controlar los leves espasmos generados por los juguetillos en su intimidad y su respiración que volvia a ser casi normal.