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—Su habitación les espera —llamó la mujer una vez más al ver que ni el rubio o el azabache se movían.

El ruido de la música ahora eran ecos sordos e ininteligibles para Rengoku, pues apenas procesaba toda aquella escena cuestionándose internamente las razones de sus acciones, comportamientos y emociones. Su corazón golpea contra su pecho de forma acelerada, sintiendo el calor invadir su rostro al empezar recordar con detalle lo que había causado y quien lo motivo.

Siente a alguien tocar su hombro, dándose cuenta que se trata del bartender quien le ofrece una mirada serena e inmutable. No puede creer que después de todo el drama, el azabache lucía igual de tranquilo e inalterable

—Hay que irnos, Sr. Rengoku —dijo Tomioka cerca del oído del rubio; con la esperanza de ser escuchado por encima de la música.

Ahí está de nuevo esa tenue voz que no es capaz de pasar por alto. No puede responderle al oji azul en ese momento, sin embargo, parece que el azabache no lo necesitaba, pues sintió como le abrazaba del brazo para comenzar a seguir a la mujer que tienen adelante.

Siente su rostro caliente y está seguro de que no se debe a todo el alcohol que ha tomado, su corazón late tan fuerte que parece querer competir contra los constantes sonidos de bajos y percusiones que emiten las bocinas a todo volumen. Si no fuera porque Tomioka le sujetaba del brazo para guiarlo se encuentra seguro que estaría tambaleándose en ese momento.

Sigue sin comprender en su totalidad la situación en la que se encuentra, pero admite que tener a ese hombre caminar a su lado se siente bien. El descomunal enojo que sintió cuando el pelirrosa apareció llegó a sus recuerdos, la forma en cómo le hablaba, en cómo le tocaba, le hizo hervir la sangre como nunca en su vida, nunca antes se sintió de esa manera, ni siquiera con sus antiguas parejas.

Quiere pensar que todo eso se debe al alcohol en su sangre, aunque una parte en él le advierte que no es así. No puede negar el hecho de que se trata de un completo desconocido, pero hay algo con Tomioka que es diferente al resto de personas, su sola presencia se lo confirmaba, tal vez se trata de la calma que emana incluso en un lugar como ese, no lo sabe con exactitud, hace unas horas había terminado una jornada tan larga que duro prácticamente un mes entero, pero cuando comenzó a hablar con el azabache... de alguna forma toda la fatiga se desvaneció.

El calor quemando sus mejillas, la forma en el que el ojiazul le toma del brazo y la estruendosa música volviéndose en ecos vacíos. No puede evitar preguntarse si lo que escucha en ese momento son los compases y percusiones de la canción, o sí su corazón está intentando explotar.

Apenado, mira por el rabillo de su ojo para ver al ojiazul y poder apreciar su perfil, el cual, reluce apacible y ajeno a todo ese ambiente caótico, también se da cuenta que es ligeramente más alto que el otro, cosa que termina por emocionarle más de lo necesario. Dejan el barbullo detrás después de algunos minutos de caminata, llegando a una entrada que es resguardada por un cadenero de similar apariencia al que custodiaba la zona V.I.P. –supuso que se trataban de gemelos-. La mujer que los estaba guiando le susurró algo al hombre de expresión melancólica, quien se hizo a un lado para dejarles pasar, llegaron a un largo pasillo iluminado por una tenue luz y una que otra puerta a cada cierta distancia.

Tomioka permaneció en silencio durante todo el camino, cosa que le preocupaba, pues no sabe lo que puede estar pasando por la cabeza del azabache en ese momento, le gustaría preguntarle, pero si es honesto, no está seguro de cómo hacerlo.

—Hemos llegado —dijo la mujer. Delante de ellos se encuentra una puerta similar a las que había por el corredor, es un poco más ancha y alta a las que usan en una vivienda convencional, notablemente más cara sin duda alguna. La mujer se acercó al rubio y le entregó lo que era una llave electrónica—. Que disfrute su estadía. Nuestras habitaciones se encuentran preparadas para cualquier necesidad, esperamos no tenga inconveniente alguno —al decir aquello ofreció una leve reverencia y comenzó a alejarse.

El Bartender del Club (Rengiyuu) +🔞Donde viven las historias. Descúbrelo ahora