iii.

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—Escúchame, escúchame, escúchame, escúchame—

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—Escúchame, escúchame, escúchame, escúchame—

—No, no, no, no, tu escúchame—

—¡Que no! Shhh— Puso una mano en la boca del peliblanco para callarlo.

Touya se quejo, quitando bruscamente la mano del rubio de su boca.

Keigo frunció el ceño preparándose para replicar —Tou- —

El sonido de las puertas metálicas abriéndose los hizo callarse al mismo tiempo.

Takami tomo de la mano a Touya y a paso veloz se dirigieron atrás de uno de los libreros del fondo, dándole la espalda a los libros.

Las pisadas comenzaron a escucharse por la sala, señal de que la persona estaba adentrándose cada vez más, Touya volteo a ver inmediatamente a Keigo. El rubio tenia los ojos bien abiertos, estaba quieto y estaba totalmente concentrado en el sonido de las pisadas.

Touya soltó la mano del rubio, se volteo y con mucho cuidado movió unos libros para ver si podía lograr ver a quien les seguía.

Los pasos se detuvieron, el silencio se presento en el lugar. Keigo se tenso, Touya dejo los libros en su lugar y la mirada cayo de nueva cuenta en su amigo.

Keigo le hizo una pequeña señal con la cabeza para indicarle que era momento de que ellos se muevan.

Touya asintió y siguió con cuidado al menor, intentando hacer el mínimo ruido.

Las pisadas volvieron a sonar, fuertes y rápidas.

Las alas de Keigo se crisparon, agitándose rápidamente. —Corre, corre, vamos— le dijo a Touya en una especie de grito en voz baja.

Touya empezó a correr, Keigo empezó a correr y la persona a sus espaldas empezó a correr.

—¡Todoroki, Takami!— Grito a sus espaldas

La adrenalina los inundo, Keigo chillo en cuanto escucho el grito y comenzó a reírse mientras corría.

Touya fue el primero en llegar a la puerta, la abrió dejando pasar al rubio y cerrando inmediatamente.

—TOUYA CORRE— Grito Keigo intentando calmar su emoción. La sonrisa en su rostro era enorme, agitaba sus alas a la par y tenia los puños cerrados; inclusive Touya podía jurar que lo vio dar tres pequeños saltos.

El peliblanco obedeció, corrió esta vez siguiendo al rubio mientras se reía.

Las risas resonando por el pasillo, las pisadas le hacían juego y pasaban por los salones sin importar que los alumnos dentro de las aulas  voltearan a ver por la ventana.

Keigo los guio a ambos hasta las escaleras que llevaban a la azotea.

Los dos subieron, Keigo casi resbala por ir demasiado rapido pero Touya lo sostuvo e impulsó de atrás para que siguiera subiendo.

Youth / dabihawksDonde viven las historias. Descúbrelo ahora