Capítulos cortos para celebrar a nuestra pareja favorita: ¡SasuSaku!
Las historias contenidas en este libro son de mi completa autoría.
Naruto y sus personajes son propiedad de Masashi Kishimoto.
La ilustración de Sasuke y Sakura utilizada en la por...
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
El semblante de Sasuke no abandona aquel entrecejo fruncido muy característico de él. Se mantiene sentado, su espalda está recargada sobre aquellas suaves almohadas, mientras sus ojos se dirigen a la pequeña ventana que da con el pasillo, el cual apenas hace unos segundos ha sido recorrido por Hinata, con una visible sonrisa acompañando su rostro, no le resulta difícil adivinar que su rubio e idiota amigo ha recibido una visita, poco le importa saberlo, pero incluso Naruto resulta ser más suertudo.
Ha estado esperando toda la mañana la visita de Sakura y no hay ni rastro de ella. ¿Es que no piensa visitarlo? Al menos para saber si sigue vivo o no ha escapado.
—Maldición—-sisea disgustado.
Ella no llegará pronto, por lo que malhumorado decide recostar su cabeza en la almohada, dormir al menos lo calmará.
***
—¿Sasuke?
Sus ojos se abren lentamente, intentando buscar aquella voz llamándole, pronto encuentra a la dueña, quien toma asiento en una silla, justo al lado de su cama. La pelirrosa sonríe dulcemente apenas sus ojos hacen contacto. Sasuke no dice nada, se dedica a observarla por algunos segundos más.
—Siento haberte despertado, luces un poco cansado.
Ella se toma la libertad de extender uno de sus brazos, sus delicados dedos acarician con dulzura la mejilla del azabache.
—Creí que no vendrías —emite sincero.
Sakura parece sorprenderse por sus palabras, pero no deja de acariciarlo.
—Pensé que no me esperabas —responde suavemente ella.
—Siempre lo hago.
Sakura sonríe enternecida ante su confesión, los segundos pasan y Sasuke no deja de observarla, espera una buena excusa de su parte para justificar su retraso.
—Estaba en guardia —comienza—, quería asegurarme de que todos estuvieran bien, saber si necesitaban mi ayuda. Por suerte todo está bien.
—¿Dices que me has dejado al último?
Sasuke ahora parece ofendido, acción que le resulta algo cómica a la pelirrosa, al menos ya no parece molesto.
—Lo hice para dedicarte el resto del tiempo solo a ti —dice, retirando su mano—. Sabes que siempre quiero estar junto a ti, Sasuke.
Pronto se incorpora el azabache, Sakura se acerca para ayudarlo, no siendo necesario, ya que en cuestión de segundos se encuentra sentado, girando su torso ligeramente hacia donde está ella. Sasuke posa una de sus manos en la parte trasera de la cabeza de Sakura y le anima a acercarse hacia su rostro.
—Me alegra que seas tú quien cuide de mí aquí —dice él.
Sakura no puede evitar que sus labios formen una sonrisa y sus mejillas se tornen rojizas, aquellas palabras le han parecido demasiado. Cuando se decide a responderle es demasiado tarde, Sasuke se ha acercado lo suficiente como para que sus labios se rocen, no hay necesidad de decir algo más, ya lo ha hecho esperar demasiado, tan solo se inclina ligeramente para que sus labios se fundan en un beso.
