Chocolates Especiales

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—Es 14 de febrero, Sasuke —le recuerda muy entusiasmado Naruto, a éste se le tiñen de un rojo intenso las mejillas de solo pensar en este maravilloso día

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—Es 14 de febrero, Sasuke —le recuerda muy entusiasmado Naruto, a éste se le tiñen de un rojo intenso las mejillas de solo pensar en este maravilloso día.

—Lo sé —responde tranquilo, sonriendo levemente a su amigo—. Otra vez tienes grandes expectativas para este día, ¿cierto? Sé que Hinata se lucirá, como siempre.

—¡Sí! —exclama al mismo tiempo que sus ojos lanzan chispas debido a la emoción, está ansioso por saber que chocolates le regalará su novia—. ¡No puedo esperar más!

Sasuke se siente feliz por su amigo, realmente merece pasarla bien junto a su novia este día, no hay otra cosa le que importe más que la felicidad de sus amigos, sin embargo, últimamente se siente un tanto raro. Pensar en que es 14 de febrero lo pone un poco nervioso, y no es para menos, sabe que recibirá chocolates como todos los años anteriores, pero esta vez es diferente, este año muy en el fondo solo desea aceptar los chocolates de una chica.

—¿Sasuke?

—¿Si?

—¿Pasa algo? —le pregunta, mirándolo seriamente—. Últimamente has estado distraído.

—No es nada —responde, aparentando tranquilidad.

—De acuerdo.

Ambos se dirigieron a los estantes donde tienen sus calzados, encontrándose de inmediato en el espacio de Sasuke un montón de chocolates. Naruto quedó impresionado al ver la escena, en cambio el azabache ni siquiera se inmutó.

—¿Aceptarás todos los chocolates?

—Supongo —dice con desinterés. No le toma mucha importancia al asunto, los aceptará solo por cortesía y compromiso.

Naruto examina con cuidado los chocolates, prestando atención a las notas que cada uno de éstos contiene.

—Que extraño, parece que Sakura no te regaló chocolates.

Sasuke lo observa con repentina sorpresa, ¿había escuchado bien?

—¿Qué dices?

—Parece que Sakura no te regaló chocolates este año —repite—. No encuentro la nota que siempre te escribía. Quizá quiere dártelos personalmente.

No es así, él sabe perfectamente que ella no le regalará nada, es bastante obvio, él ya la ha rechazado anteriormente. ¿Qué sentido hay en regalarle chocolates a alguien que ya te ha rechazado? Ninguno.

—Quizá, vamos a clase.

Las clases transcurrieron con normalidad, el día parece como cualquier otro. La última clase por fin ha terminado, todos guardaron sus pertenencias y poco a poco el salón fue vaciándose, quedando dentro de esté solamente Naruto y Sasuke.

—Ahora vuelvo, espérame aquí —avisa Naruto, saliendo del salón rápidamente.

Sasuke ni siquiera se molesta en pararse de su pupitre, esperará a que su amigo vuelva, tal como le indicó. Estaba a punto de sumergirse en sus pensamientos cuando escucha cerca una voz femenina, desinteresado, voltea hacia la entrada del salón, quedándose boquiabierto.

—Sasuke —lo nombra tímida.

—Sakura —su voz es tranquila, pero su rostro refleja total sorpresa al verla.

—Siento molestarte —dice mientras se aproxima hacia él, caminando tranquilamente. En su boca se dibuja una pequeña sonrisa—, pero es San Valentín y quiero darte esto —mete una de sus manos en su mochila y rápidamente saca un envoltorio cuadrado de color rosa pastel, de inmediato clava su vista en éste, puede sentir como temblaba ligeramente por culpa de su mano, ahora se encuentra un poco nerviosa, aunque intenta disimularlo—. Sé que ya me rechazaste, y tal vez no aceptes mis chocolates, pero...

—Los aceptaré.

—¿Eh?

Sasuke se levanta de su asiento y se coloca frente a ella, observa sus ojos jade por algunos segundos y después sonríe, guía una de sus manos hasta el envoltorio que sostiene la chica, rozando a propósito sus manos, ella libera el agarre y le permite a él tomar los chocolates.

—Gracias. Creí que no recibiría los únicos chocolates que realmente deseaba aceptar, tienen un significado especial para mí.

La mejillas de la chica se tornaron rojizas al instante por las palabras de él. Lo mira sorprendida por unos segundos y poco a poco su vista se fue nublando, esto debido a que pequeñas lágrimas estaban obstruyendo su vista.

—Toma —Sakura levanta su vista, encontrándose con la mano de Sasuke frente a ella, sosteniendo ahora un pañuelo azul—, no quería hacerte llorar, lo siento.

—Muchas gracias —acepta el pañuelo y enseguida comienza a limpiarse con cuidado el rostro, eliminando cualquier rastro de lágrimas, todo esto mientras Sasuke la mira con atención. Es increíble el impacto que han tenido esas palabras en ella—. Sé que esto no cambia para nada nuestra situación —dice dolida, mostrándole una sonrisa amarga—, pero me alegra que los aceptes.

Ella sabe que sus sentimientos son totalmente diferentes, le duele profundamente, pero no puede engañarse a sí misma. Ama y amaría a Sasuke, aunque él no le correspondiera. Que él atesorara sus chocolates ya la hace sentir afortunada.

—Me equivoqué.

La pelirrosa lo observa, ahora confundida por sus últimas palabras. Él, en cambio, se encuentra muy determinado en lo que dirá.

—Cuando no encontré tus chocolates sobre mi estante me preocupé —se sinceró. Había experimentado miedo al creer que podía perder a Sakura. De que ella se olvidara de sus sentimientos por él y siguiera adelante—. Pensé que después de rechazarte... —no sabe con exactitud como explicarlo, sus pensamientos están revueltos—. Tus chocolates son especiales para mí, y con más razón tú lo eres.

La chica se queda muda al escucharlo. Sasuke había notado la ausencia de sus chocolates, aún cuando muchas chicas habían dejado los suyos también. Simplemente le parecía imposible creerlo.

—Yo... quería entregártelos personalmente.

Aunque parecían unos simples dulces, para Sasuke su ausencia ha sido clave para darse cuenta de lo que significa que ella se los regalara sin falta cada año. Más que eso, es su atención, sus sentimientos, el saber que a pesar de los años Sakura se encuentra enamorado de él, únicamente de él.

La pelirrosa siempre llamó su atención, solo que el azabache había querido evitar sus sentimientos por ella. Que tonto había sido.

—Sakura, me equivoqué al rechazarte. No sabes cuanto lo siento.

Los ojos de la mencionada lo dicen todo, sigue igual de confundida, pero pronto todo se aclararía. Con la mano libre que le queda, Sasuke la coloca con cuidado sobre la mejilla femenina, acariciándola lentamente con sus dedos.

—Estoy profundamente enamorado de ti.

Cortos SasuSakuDonde viven las historias. Descúbrelo ahora